Un estudio revela cómo las avispas y otras especies aprovechan estrategias de reproducción que involucran poner sus huevos en nidos ajenos, sin retornar a cuidar de ellos. Estas prácticas, conocidas como parasitismo de cría, tienen implicaciones importantes en la ecología aviar y en la conservación de algunas especies.

Imagen relacionada de conductas criadoras y impacto en aves

Esta estrategia, practicada por especies como las churracas, los cuco y las spp. parásitas, consiste en poner sus huevos en los nidos de otras #aves y abandonar el cuidado de los polluelos, dejando que sean las especies anfitrionas quienes críen a las crías ajenas.

Estas prácticas, aunque pueden parecer crueles, cumplen una función ecológica y evolutiva importante. Por ejemplo, las especies parasitarias ahorran energía que podrían invertir en la incubación y el cuidado de sus polluelos, permitiendo que se dediquen a buscar otras parejas o hábitats más adecuados para procrear.

Además, el #parasitismo de cría ha evolucionado en solo un pequeño porcentaje de especies de aves en todo el mundo, menos del 1%, pero su impacto ha sido relevante en la diversidad biológica y en la dinámica de los ecosistemas.

Uno de los ejemplos más conocidos en estudios recientes es el de las golondrinas parásitas, que ponen sus huevos en nidos de aves similares, como los zorzales.

Cuando los polluelos nacen, estos suelen ser más grandes y hambrientos que los de sus anfitriones, lo que les permite obtener más comida, muchas veces en detrimento de los polluelos de la especie anfitriona.

Algunos investigadores sugieren que estos polluelos parasitarios suelen abandonar los nidos de los animales anfitriones a las pocas semanas, encontrando después otros nidos de su misma especie para continuar su desarrollo.

Un estudio realizado en Illinois, EEUU, reveló que los polluelos de especies parasitarias, como el cucú, no vuelven a reencontrarse con las madres biológicas ni aprenden de ellas las conductas propias de su especie.

Que analizó la genética de 122 aves adultas y 7 jóvenes

La investigación, que analizó la genética de 122 aves adultas y 7 jóvenes, demostró que la mayoría de los jóvenes se relaciona con hembras adultas no relacionadas biológicamente, confirmando que al salir del nido buscan a cualquier hembra de su especie, principalmente por sus características físicas y sus llamadas, más que por la relación familiar.

Este comportamiento tiene implicaciones importantes para la conservación, especialmente en áreas donde especies invasoras o parasitarias proliferan en exceso y afectan a especies amenazadas o en peligro de extinción.

La competencia por recursos y la capacidad de algunos parásitos para establecerse en nidos vulnerables puede poner en peligro poblaciones pequeñas y reducir la biodiversidad.

Históricamente, el estudio del parasitismo de cría ha dado claves sobre la evolución de la cooperación y el conflicto en la naturaleza. Desde el siglo XIX, científicos como Alfred Wallace y Charles Darwin exploraron estas estrategias como ejemplos de la competencia natural y la adaptación.

Hoy en día, con avances en la genética y la tecnología, los investigadores pueden comprender mejor cómo estas dinámicas afectan a las comunidades de aves y cuál es el papel de estas prácticas en el equilibrio ecológico.

Mientras tanto, la comunidad científica continúa debatiendo acerca de las posibles soluciones para mitigar los efectos negativos del parasitismo de cría en especies vulnerables, incluyendo programas de protección de nidos y control de especies invasoras.