Un curioso hallazgo en las calles de New Haven llevó a un rescate inesperado y a la recuperación de un bebé foca que ahora aprende a alimentarse para regresar al océano.
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Un inesperado descubrimiento ha tenido lugar en las calles de New Haven, Connecticut, donde un bebé foca fue rescatado mientras deambulaba por la bulliciosa ciudad.
Sarah Callan, responsable del rescate de animales en el Mystic Aquarium, recibió la sorprendente llamada que informaba sobre la foca, que se encontraba bastante lejos de su hábitat natural.
El pequeño animal, que aún pertenecía a su madre, había cubierto una distancia considerable, ya que fue encontrado a aproximadamente 500 metros de la costa.
La situación de la foca es inusual, aunque no inédita, ya que en los últimos años se ha observado un aumento en los encuentros entre la fauna marina y las áreas urbanas a medida que más desarrollos costeros limitan los espacios naturales disponibles para estas criaturas.
Callan comentó que no es raro recibir informes sobre focas grises en comunidades costeras del noreste de los Estados Unidos, aunque nunca había visto un caso así en una zona tan central.
Cuando el equipo de rescatistas llegó al lugar, encontraron al pequeño pupo de unos cinco o seis semanas de edad, quien había llegado en un estado de deshidratación, pero con buenas posibilidades de recuperación.
En la actualidad, se estima que pesa aproximadamente 13 kg, lejos de los 45 kg que debería alcanzar a su edad, dado que normalmente las focas se destetan de sus madres a las tres o cuatro semanas de vida.
El proceso de recuperación está siendo monitoreado de cerca por el equipo de Mystic Aquarium, que se encargó de alimentarlo mediante un fórmula de pescado diluida, mientras que también ha comenzado a enseñarle a comer pescado entero por sí mismo.
"Hoy fue un gran hito, ya que comió su primer pescado de manera independiente", explicó Callan, que se mostró optimista ante la evolución del pequeño.
En redes sociales, el Departamento de Policía de New Haven ha compartido la historia del pupo, quien se ha convertido en la última adición a su equipo, recibiendo incluso algunas propuestas para un nombre.
Entre las sugerencias que han estado surgiendo se encuentra "Chappy", debido a que fue encontrado en Chapel Street. También están discutiendo nombres como "Vinny" y "Tyler".
Una vez que el pequeño logre alcanzar su peso adecuado y haya dominado el arte de cazar su propia comida, el plan es liberarlo en el océano con un rastreador adherido, lo que permitirá a los rescatistas seguir su progreso y monitorear su comportamiento en su hábitat natural.
Este tipo de seguimiento es esencial para garantizar su adaptación y supervivencia en ambientes marinos.
Estos incidentes subrayan la necesidad de una mayor conciencia sobre la vida marina y su interacción con entornos urbanos. No solo afecta a especies como la foca gris, sino también a otras criaturas que, al buscar refugio o alimento, pueden encontrarse en situaciones comprometedoras dentro de las ciudades.
Con un enfoque más profundo en la conservación y la educación pública, se espera que cada vez haya más comprensión y apoyo hacia la vida marina, cuya salud es vital para el ecosistema global.
En conclusión, la historia de esta bebé foca es un recordatorio de la resiliencia de la naturaleza y de la importancia de nuestra responsabilidad como humanidad hacia la protección de la vida silvestre.