La comunidad de la isla de San Pablo en Alaska lanza una alerta tras un avistamiento de una supuesta rata, lo cual podría tener un impacto devastador en la población de aves.

En una remota isla del norte de Alaska, conocida como la de San Pablo, se ha desatado una inquietud entre sus 350 residentes tras el avistamiento de lo que podría ser una rata.

A pesar de que este posible avistamiento podría no haber despertado interés en otras localidades, la comunidad local se encuentra en estado de alerta debido a las potenciales consecuencias que la presencia de estos roedores puede acarrear para el ecosistema de la isla, famosa por su riqueza en biodiversidad, a la que se le ha dado el apodo de "Galápagos del Norte".

La suposición de que un roedor ha llegado a la isla es una consideración seria.

Las ratas, que frecuentemente se infiltran en islas remotas a través de barcos, pueden multiplicarse rápidamente, poniendo en riesgo a las poblaciones de aves nativas al devorar sus huevos, polluelos o incluso adultos, lo que podría llevar a la devastación de un ecosistema previamente saludable.

Motivados por el avistamiento reportado en junio, funcionarios del medio ambiente se dirigieron al lugar y examinaron la cercanía de los edificios, buscando cualquier pista que confirmara la existencia de la rata.

Colocaron trampas con mantequilla de maní como cebo y cámaras trampa en un intento de recopilar más pruebas.

Sin embargo, hasta el momento, no han encontrado indicios que validen la presencia del roedor en la isla.

Lauren Divine, directora de la oficina de conservación del ecosistema de la Comunidad Aleut de la isla de San Pablo, enfatizó que "sabiendo lo que hemos observado en otras islas, es evidente que las ratas pueden diezmar colonias de aves marinas, por lo que cualquier amenaza no es tomada a la ligera".

La situación en la isla de San Pablo refleja un esfuerzo continuo para proteger estos entornos ecológicamente ricos, y se alinea con los esfuerzos globales para erradicar ratones y ratas de islas vulnerables.

Complicaciones por la presencia de roedores no deseados han llevado a exitosas eliminaciones en diversas islas del mundo, incluyendo una en la cadena de islas Aleutianas que anteriormente era conocida como "Isla Rata". Según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU., estos esfuerzos de erradicación pueden costar millones de euros y tomar años en completarse, lo que hace que la prevención sea crucial.

En un intento por monitorear la actividad de los roedores en San Pablo, se han dispuesto bloques de cera en áreas desarrolladas donde se sospecha que puedan aparecer las ratas.

Además, los inspectores han sido dotados de materiales ultravioletas que, al ser iluminados con luces negras, pueden revelar huellas o excrementos de ratas.

Las autoridades han solicitado la colaboración de los residentes para estar atentos a cualquier otra señal de roedores y están buscando obtener permiso para introducir un perro especializado en la detección de ratas, aunque los caninos normalmente están prohibidos en las Pribilof para proteger a las focas.

Hasta ahora, no han existido evidencias concretas de la presencia del roedor desde el avistamiento inicial, pero se anticipa que la vigilancia y la búsqueda continuarán durante los próximos meses.

Divine ha comparado la búsqueda de pruebas a "intentar encontrar una aguja en un pajar, sin saber si la aguja realmente existe". La comunidad ha implementado un programa de vigilancia de roedores que incluye trampas en áreas clave, como el aeropuerto y las zonas costeras, lo que refleja el compromiso de los habitantes de la isla por mantener fuera a estas especies invasoras.

El hallazgo de una rata en esta isla no es un escenario sin precedentes.

En 2019, una rata que logró evadir las defensas de la comunidad fue encontrada muerta tras casi un año de permanecer sin ser detectada.

Este precedente refuerza la importancia de cada posible avistamiento, ya que la flora y fauna única del lugar está en juego.

Las islas Pribilof son un refugio crucial para millones de aves marinas, y cualquier alteración significativa en su ecosistema podría tener repercusiones devastadoras.