Científicos en Columbia Británica investigan avispas que podrían servir como aliados en la protección de los cultivos de bayas contra plagas invasoras.

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Los cultivos agrícolas en Columbia Británica enfrentan una amenaza seria por parte de insectos invasores que pueden causar daños significativos a las cosechas.

En este contexto, un grupo de investigadores ha comenzado a explorar el uso de pequeñas avispas que ponen sus huevos en las larvas de estos insectos dañinos como una estrategia natural para la protección de los cultivos de bayas.

Paul Abram, un científico investigador de Agricultura y Agroalimentación de Canadá, ha señalado que este fenómeno representa un "servicio gratuito que la naturaleza nos ofrece" para ayudar a controlar las plagas.

Su enfoque se centra en cómo estas avispas, conocidas como avispas ronin y samba, pueden contribuir a reducir la población de la drosófila de alas manchadas, una mosca que ha demostrado ser devastadora para frutas como las cerezas y las frambuesas.

La drosófila de alas manchadas, originaria del sudeste asiático, se introdujo en América del Norte en 2009 y, desde entonces, se ha expandido rápidamente.

Esta mosca pone sus huevos en frutas tiernas, lo que provoca su pudrición prematura.

Investigaciones previas han indicado que, en lugares como Maine, su presencia podría reducir hasta un 30% la producción de arándanos, generando preocupaciones entre los productores de frutas.

Abram y su equipo están estudiando cómo la introducción de avispas parasitoides podría ofrecer una solución eficaz.

Este método no sólo podría ayudar a los cultivadores a evitar el uso de pesticidas químicos, lo que tiene implicaciones positivas para el medio ambiente, sino que también podría proteger las bayas silvestres que son un alimento esencial para muchas especies animales.


Las avispas ronin y samba, que son originarias de Asia, han llegado a Columbia Británica por medios accidentales.

En 2019, Abram encontró estas avispas mientras investigaba la drosófila en un campo de frambuesas.

Las avispas han demostrado ser efectivas, logrando eliminar entre un 13% y un 53% de las larvas de la mosca invasora en los ensayos realizados.

Los beneficios de utilizar avispas como mecanismo de control biológico son múltiples.

Allan Carroll, profesor de ecología de insectos en la Universidad de Columbia Británica, ha resaltado el potencial de estas avispas como una alternativa viable a los pesticidas, enfatizando su utilidad para mantener las poblaciones de plagas bajo control sin recurrir a químicos que afectan el medio ambiente.

A pesar de su promisorios resultados, Abram ha indicado que todavía se requiere más investigación respecto a cómo estas avispas se integran en los ecosistemas de Columbia Británica y qué efectos podría tener la reducción abrupta de la drosófila de alas manchadas en el medio natural.

Las avispas son parte de un enfoque más amplio que está estudiando la utilización de parasitoides como una solución de manejo de plagas.

Algunas especies de avispas ya están siendo empleadas para controlar pulgones y prevenir la propagación de enfermedades que afectan los cultivos de arándano.

Finalmente, aunque todavía falta tiempo para que estas avispas sean ofrecidas a los agricultores, los investigadores continúan explorando su potencial para contribuir a una agricultura más sostenible y amigable con el medio ambiente en la región.