El consistorio de Santander destina aproximadamente 200.000 euros a la adquisición de una nueva autobomba ligera que mejorará la capacidad de respuesta de los bomberos en el casco urbano, reforzando la seguridad ciudadana.

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El Ayuntamiento de Santander ha anunciado una importante inversión para fortalecer el servicio de extinción de incendios en la ciudad. En su última reunión, la Junta de Gobierno Local aprobó la adjudicación a la empresa ITURRI de la adquisición de una nueva autobomba urbana ligera, por un importe que asciende a aproximadamente 200.000 euros, equivalentes a unos 200.000 euros en moneda local. La entrega de este vehículo está prevista en un plazo de diez meses, lo que refleja el compromiso del consistorio con la mejora continua de los recursos destinados a emergencias.

El concejal de Protección Ciudadana, Eduardo Castillo, explicó que esta inversión forma parte de un plan estratégico para modernizar y ampliar la capacidad operativa de los bomberos de Santander, que actualmente cuentan con dos autotanques tipo bomba urbana ligera (BUL).

Estas unidades son fundamentales para actuar en el casco urbano, donde las estrechas calles dificultan la movilidad de vehículos más grandes. La incorporación de esta nueva autobomba permitirá reemplazar uno de los camiones antiguos, brindando mejores prestaciones y una mayor eficiencia en la respuesta ante incendios y otras emergencias.

Castillo destacó que la empresa adjudicataria ha ampliado las garantías ofrecidas en su propuesta. La nueva autobomba contará con una garantía de 25 años para el vehículo y el carrozado, por encima de los 20 años exigidos en el pliego, así como una garantía de la bomba de 8 años en total, incluyendo cinco adicionales a los cinco inicialmente establecidos.

Esto garantiza una mayor durabilidad y fiabilidad del equipo, aspectos esenciales para un servicio de emergencias.

En cuanto a sus características técnicas, la autobomba tendrá una capacidad mínima para transportar 1.800 litros de agua, suficiente para atender la mayoría de las incidencias en el casco urbano. Estará equipada con una cabina doble para el conductor y un acompañante en la parte delantera, además de espacio para cuatro efectivos en la parte trasera.

Además, dispondrá de todos los sistemas necesarios para emergencias, como iluminación, megafonía y sistemas de comunicación.

El vehículo tendrá tracción 4x2, una potencia superior a 180 caballos (equivalente a más de 130 kilovatios) y contará con una caja de cambios automática para facilitar su manejo.

También incorporará un sistema de arranque rápido, compartimentos para el almacenamiento de materiales y equipos, y una carrocería resistente a los golpes y a la corrosión, diseñada para soportar las condiciones más adversas.

Una de las principales novedades será su bomba hidráulica, capaz de suministrar hasta 2.000 litros por minuto a 10 bar, y 250 litros por minuto a 40 bar, asegurando un rendimiento óptimo en situaciones críticas. Todo ello en línea con la prioridad del Ayuntamiento de Santander de ofrecer un servicio de emergencias eficiente y de calidad.

Castillo expresó su agradecimiento a los bomberos por su profesionalidad y dedicación, resaltando que la inversión en nuevos equipos es un reflejo del compromiso del Ayuntamiento con la seguridad ciudadana.

Además, resaltó que la ciudad cuenta con más de 100 efectivos en su cuerpo de bomberos, y que se continuará trabajando en reforzar tanto los recursos humanos como los materiales.

El edil manifestó que la administración local no escatimará esfuerzos para mantener a Santander como una de las ciudades más seguras de la región, con tiempos de respuesta cada vez menores ante cualquier incidente.

La modernización de los equipos y la ampliación de recursos son pasos fundamentales en esa dirección, garantizando así una protección efectiva para todos los habitantes y visitantes de la ciudad.

En el contexto histórico, Santander ha sido tradicionalmente una ciudad con un sistema de emergencias en constante evolución. Desde la creación del cuerpo de bomberos en el siglo XIX hasta la incorporación de tecnologías modernas, la ciudad ha demostrado un compromiso permanente con la seguridad pública.

La inversión actual continúa esta tendencia, adaptando los recursos a las necesidades del siglo XXI y reafirmando la prioridad del Ayuntamiento en la protección de sus ciudadanos.