Una oficial de policía murió tras ser atropellada en un incidente donde un conductor abrió una puerta sin revisar. El suceso resalta la relevancia de la técnica conocida como 'a la holandesa' para prevenir accidentes viales.

La víctima fue una oficial de policía que circulaba en motocicleta, quien perdió la vida tras un imprevisto provocado por una apertura de puerta sin la debida precaución.
El episodio sucedió en la intersección de la Ruta 200 y Padre Mujica, en el sector conocido como Destacamento Pompa, y fue captado por las cámaras de seguridad cercanas.
En las grabaciones se observa cómo un vehículo Ford Ranger de color gris se detiene frente a un comercio dedicado a la venta de cerámicas. Momentos después, su conductor abre la puerta trasero sin atender a la circulación de la calle y sin verificar los espejos retrovisores. La acción repentina tuvo un desenlace fatal cuando la oficial María Cecilia L., de 39 años, que conducía una motocicleta Honda Wave 110, pasaba por ese sector. La moto impactó contra la puerta abierta y, tras perder el equilibrio, la policía cayó al carril opuesto.
En ese momento, circulaba un ómnibus de la línea 504, de la empresa 216, que arrolló a la oficial, causándole la muerte inmediata. La tragedia ocurrió en un contexto donde cada año se registran miles de siniestros viales que involucran a ciclistas, motociclistas y peatones, quienes son considerados los actores más vulnerables en las calles urbanas.
La falta de atención al abrir puertas de vehículos es una de las principales causas de accidentes que podrían evitarse con un pequeño cambio de actitud.
Una técnica ampliamente recomendada por especialistas en seguridad vial
Una técnica ampliamente recomendada por especialistas en seguridad vial, originada en Países Bajos, busca reducir estos riesgos y se denomina “a la holandesa”.
Consiste en abrir la puerta del automóvil usando la mano opuesta a la puerta en cuestión, por ejemplo, la mano derecha si se abre desde la izquierda.
Este movimiento obliga al conductor o pasajero a girar el torso y la cabeza, aumentando la visibilidad hacia atrás y permitiendo verificar si hay obstáculos, ciclistas o motocicletas en la zona.
En la actualidad, con el aumento en el uso de bicicletas, monopatines eléctricos y otros medios de movilidad suave, la adopción de esas prácticas de seguridad resulta crucial.
La técnica no solo previene accidentes, sino que además evita daños en el vehículo y golpes en el propio cuerpo del que abre la puerta. Aunque los retrovisores ofrecen una primera protección, el gesto de abrir la puerta “a la holandesa” actúa como una segunda barrera de seguridad, minimizando los ángulos muertos.
Especialistas en movilidad y #seguridad vial insisten en que convertir este hábito en un reflejo automático puede salvar vidas. La práctica requiere disciplina, pero su simplicidad la hace accesible para todos los conductores y pasajeros. Con la tendencia creciente de uso de motos, bicicletas y scooters en las calles, promover comportamientos preventivos es fundamental para reducir la cantidad de accidentes y sus graves consecuencias.