El tablero de instrumentos de un vehículo es fundamental para detectar problemas y prevenir daños mayores, especialmente en aspectos relacionados con la presión y nivel de aceite. Conocer qué significa la luz de advertencia y cómo actuar puede ahorrar miles de euros en reparaciones.

Aunque hoy en día muchos vehículos cuentan con pantallas digitales, la importancia de entender las señales tradicionales y los testigos luminosos sigue siendo esencial para una conducción segura y eficiente.
Uno de los avisos más críticos es la luz de advertencia relacionada con el aceite, que suele presentarse en color rojo o amarillo dependiendo del modelo y la marca.
Esta señal indica un posible problema en la presión o en el nivel del #aceite del motor, aspectos que, si no se atienden a tiempo, pueden acarrear graves daños y reparaciones costosas.
La historia de los #automóviles revela que una correcta gestión del aceite fue clave para la longevidad de vehículos emblemáticos como el Ford GT40 de los años 60, cuya durabilidad dependió en gran medida del cuidado de su sistema de lubricación.
Hoy en día, con tecnologías avanzadas, el #mantenimiento preventivo sigue siendo primordial.
El aceite cumple la función de lubricar las piezas internas del motor, reducir el desgaste y facilitar la disipación del calor generado durante el funcionamiento.
Cuando la presión de aceite desciende por debajo de los parámetros especificados por el fabricante, la fricción entre los componentes aumenta, provocando sobrecalentamiento y desgaste acelerado.
Lo más recomendable es detenerse con seguridad y verificar el estado del nivel de aceite
Ante la aparición de la luz de advertencia, lo más recomendable es detenerse con seguridad y verificar el estado del nivel de aceite. Para ello, se debe estacionar el vehículo en una superficie plana y esperar a que el motor esté frío, lo que garantizará una lectura precisa. Con la varilla de medición limpia, se extrae, se limpia y se vuelve a insertar para comprobar el nivel. Si el aceite está por debajo de la marca mínima, es necesario rellenar con el aceite especificado en el manual del automóvil.
Las recomendaciones varían según la marca y modelo, pero en general, los cambios de aceite se aconsejan cada 10.000 a 15.000 kilómetros en vehículos modernos, y cada 8.000 a 10.000 kilómetros en autos con mayor antigüedad o bajo uso intensivo. Es fundamental seguir estas indicaciones para mantener la lubricación adecuada, prevenir el desgaste prematuro y prolongar la vida útil del motor.
También es importante realizar revisiones periódicas en el sistema de bomba de aceite, filtros y sensores. Fallas en cualquiera de estos componentes, como una fuga o un sensor defectuoso, pueden causar la activación de la luz de advertencia incluso si el nivel de aceite es correcto.
En estos casos, acudir a un taller especializado es la mejor opción para diagnósticos precisos.
Más allá del aspecto técnico, el correcto cuidado del aceite evita reparaciones costosas que pueden superar fácilmente los 5.000 euros en casos severos. La historia del automovilismo evidencia que mantener los sistemas de lubricación en óptimas condiciones ha sido clave para el rendimiento y durabilidad de los vehículos de competición y de serie.
Por ello, es fundamental que los conductores presten atención a las señales en el tablero, realicen las inspecciones y cambios de aceite en los intervalos recomendados y busquen asistencia profesional cuando sea necesario.