Un reciente accidente grave en Argentina resalta cómo las pickups, cada vez más presentes en zonas urbanas, representan riesgos adicionales en el tránsito. La evolución de estos vehículos y su impacto en la seguridad vial son temas de preocupación y discusión.
Recientemente, un trágico incidente en el país volvió a poner en el centro de atención los riesgos asociados a estos vehículos de gran tamaño y peso.
El incidente involucró a una pickup Volkswagen Amarok, modelo 2017, que embistió un Renault 12 de 1994 en la localidad de José C. Paz. Como resultado, una pareja perdió la vida y sus tres hijos resultaron heridos, aunque todos lograron salvarse en medio de las graves lesiones del vehículo menor.
La imagen del Renault vuelto sobre un lateral, incrustado por la camioneta, evidenció la diferencia de tamaño y fuerza entre ambos vehículos.
Este tipo de hechos no son aislados y reflejan una tendencia que se ha acelerado en el país. La adquisición y el uso de #pickups en contextos urbanos ha crecido de manera significativa en los últimos años, no solo por motivos laborales en el campo o la minería, sino también por su supuesto estatus y comodidad.
En Argentina, la venta de estos vehículos tiene una historia consolidada y el país destaca por ser uno de los mayores mercados de pickups en la región.
Desde los años 90, modelos icónicos como la Toyota Hilux y la Ford Ranger se han fabricado localmente, con una trayectoria que supera los 25 años.
Estos modelos no solo ofrecen robustez y confiabilidad, sino que también reflejan una verdadera historia industrial en el país, con fábricas en Córdoba y otras regiones.
La producción local ha permitido mantener ofertas accesibles y adaptadas a la demanda, incluso en momentos donde las importaciones estuvieron restringidas.
El mercado argentino ha visto que en la última década, aproximadamente 1,1 millón de pickups fueron patentadas en el país, en un contexto donde el parque automotor total supera los 6 millones de vehículos.
Particularmente en zonas urbanas, las pickups representan aproximadamente una sexta parte de las nuevas licitaciones vehiculares, siendo una opción popular incluso en Buenos Aires, donde el requerimiento de capacidad de carga y tracción 4x4 no es siempre necesario.
Las razones detrás de la inversión creciente en pickups dentro de las ciudades son variadas
Las razones detrás de la inversión creciente en pickups dentro de las ciudades son variadas. Por un lado, las políticas fiscales jugaron un papel importante: durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner, en 2013, se modificaron los impuestos internos, conocidos como "impuesto al lujo".
Modelos que antes estaban gravados en hasta un 50% de su valor pasaron a estar exentos, si estaban catalogados como herramientas de trabajo. Esto hizo que muchas empresas y particulares optaran por camionetas, ya que además pagaban menor IVA, que en #Argentina actualmente ronda el 21%, aunque en ciertos casos específicos se aplicaron tasas menores.
Durante el gobierno de Alberto Fernández, las restricciones a las importaciones y las fluctuaciones en el mercado cambiario favorecieron aún más la producción nacional de pickups.
La Ford Ranger, que lleva casi 30 años en producción local, continúa siendo uno de los modelos más vendidos, junto a la Toyota Hilux, cuya historia se remonta a 1997 en el país.
La Volkswagen Amarok, introducida en 2010, también se consolidó como una opción preferida por su dinámica y rendimiento en ruta.
Estos vehículos, a pesar de sus ventajas tecnológicas y de confort, presentan desafíos en términos de manejo y seguridad. Una pickup mediana mide aproximadamente 5 metros de largo y pesa alrededor de 2 toneladas, mucho más que un automóvil convencional, cuyo peso promedio oscila entre 1.100 y 1.400 kilos. Esta diferencia implica que la distancia de frenado en una pickup es considerablemente mayor, especialmente a altas velocidades.
El peso y la altura, mayor en las pickups 4x4, afectan la estabilidad y el comportamiento dinámico del vehículo. Su centro de gravedad elevado, sumado a neumáticos diseñados para uso mixto y suspensiones más robustas, hace que su manejo requiera mayor precaución.
La tendencia a manejar estas camionetas con una percepción de superioridad puede generar comportamientos agresivos, incrementando el riesgo en el tránsito urbano.
Recientemente, se lanzaron modelos como la Fiat Titano y la Ram Dakota, fabricados en Córdoba, que continúan atrayendo a un público creciente. La percepción de seguridad y comodidad ha mejorado con la tecnología moderna, pero el principal riesgo sigue siendo la diferencia física y mecánica con respecto a los autos tradicionales.
En conclusión, la expansión de las pickups en las ciudades argentinas requiere de una mayor conciencia sobre sus limitaciones y potenciales peligros.
La coexistencia de estos vehículos con el resto del parque automotor demanda esfuerzos de regulación, educación vial y conciencia social para evitar accidentes trágicos y maximizar la seguridad de todos los usuarios de la vía pública.
