La consejera de Sanidad de Madrid, Fátima Matute, solicita al Gobierno central un aumento de recursos para mejorar la Atención Primaria y atender las necesidades de pacientes con enfermedades complejas, en un congreso nacional en Zaragoza.

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Fátima Matute, consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid, ha participado hoy en Zaragoza en el XXIV Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria, un evento que reúne a los principales gestores y profesionales del sector sanitario en España.

Durante su intervención, la representante madrileña hizo un llamamiento al Gobierno central para que destine recursos reales y un presupuesto efectivo que permita fortalecer la Atención Primaria, mejorar la asistencia a personas con problemas de salud mental y atender las demandas específicas de los pacientes afectados por esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

Este congreso, organizado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud y la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería, se ha convertido en un foro clave para debatir sobre los desafíos y las oportunidades del sistema sanitario en el país.

La consejera de Madrid subrayó la necesidad de que el Sistema Nacional de Salud (SNS) sea un modelo basado en la colaboración, la lealtad y la integración de recursos, con el objetivo de ofrecer una atención de mayor calidad, equidad y capacidad de respuesta.

Matute destacó que en la actualidad uno de los mayores obstáculos para la mejora del sistema sanitario es la falta de recursos suficientes y de profesionales.

En este sentido, recordó que en Madrid, por ejemplo, el déficit de médicos y enfermeros afecta la calidad de la atención y pone en riesgo la sostenibilidad del sistema.

La responsable autonómica afirmó que, en promedio, en España hay aproximadamente 2,5 médicos por cada 1,000 habitantes, cifra que en algunas comunidades se sitúa por debajo de los estándares recomendados por la Organización Mundial de la Salud, que aconseja un mínimo de 4 médicos por cada 1,000 habitantes.

Para entender la magnitud del problema, hay que remontarse a los años 80, cuando la inversión en salud en España era mucho menor. Desde entonces, el gasto sanitario ha aumentado progresivamente, pero todavía hay zonas donde la inversión no alcanza para cubrir todas las necesidades.

En términos económicos, Madrid ha destinado en 2024 aproximadamente 10.800 millones de euros en sanidad, lo que representa casi un 15% del presupuesto regional, y la intención es aumentar esa cifra en los próximos años para mejorar la atención primaria y los servicios especializados.

La consejera también enfatizó la importancia de dedicar recursos específicos para la salud mental, un ámbito que ha experimentado un incremento en la demanda, especialmente tras la pandemia de COVID-19.

En España, se estima que más del 20% de la población ha sufrido algún trastorno psicológico en los últimos años, una cifra que ha llevado a una sobrecarga en los recursos de atención especializada.

A nivel europeo, la inversión en salud mental varía, pero en países como Alemania o Francia, el gasto dedicado a este sector supera los 10.000 millones de euros anuales, lo que demuestra la prioridad que le otorgan a estos servicios.

Por otro lado, la problemática de la ELA, una enfermedad neurodegenerativa que afecta a unos 5.000 pacientes en todo el país, también fue abordada por Matute. Ella señaló que la atención a estos pacientes requiere recursos específicos y mayor coordinación entre niveles asistenciales. En términos de presupuesto, la inversión en investigación y atención a la ELA en España es todavía insuficiente, con un gasto cercano a los 100 millones de euros anuales, equivalente a unos 94 millones de euros, que en comparación con otros países europeos, está por debajo de la media.

La consejera concluyó reiterando que la clave para mejorar la sanidad en España está en la voluntad política y en el liderazgo del Ministerio de Sanidad.

Solo con una asignación presupuestaria adecuada, una mayor formación profesional y una gestión eficiente, será posible garantizar un sistema sanitario más justo, sostenible y capaz de responder a las necesidades de todos los ciudadanos en un contexto de envejecimiento poblacional y aumento de enfermedades crónicas.