El proyecto de huerto terapéutico en el Hospital Rodríguez Lafora demuestra cómo la agricultura puede ser una herramienta para mejorar el bienestar emocional y fortalecer los lazos entre pacientes y profesionales en un entorno hospitalario.

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Este espacio, además de ser un ejemplo de agricultura social, se ha consolidado como un punto de encuentro, serenidad y conexión con la naturaleza para pacientes y profesionales sanitarios.

Supuestamente, este huerto no solo tiene como objetivo el cultivo de verduras y frutas, sino que también busca promover el #bienestar emocional, mejorar la autoestima y fortalecer habilidades sociales en quienes participan en el programa.

El proyecto ha sido posible gracias a la colaboración entre terapeutas ocupacionales, pacientes de la Unidad de Cuidados Psiquiátricos Prolongados y voluntarios, que han trabajado mano a mano en la preparación de la tierra, la siembra, el riego y el seguimiento del ciclo natural de las plantas.

Presuntamente, entre los cultivos que han prosperado en este espacio se encuentran pepinos, pimientos, tomates, calabacines, berenjenas y melones. Estos últimos, que supuestamente vuelven a llenar de vida el huerto en cada temporada, son especialmente apreciados por su dulzura y tamaño, que en euros equivaldrían a unos 3,50 € por kilo.

La iniciativa, que ya lleva dos años en marcha, se ha convertido en un ejemplo de cómo la agricultura puede ser una terapia efectiva en el tratamiento y rehabilitación de personas con trastornos mentales graves.

Según las declaraciones de los responsables del programa, "el objetivo no es solo cultivar alimentos, sino también cultivar bienestar, autoestima, habilidades sociales y trabajo en equipo".

Además, destacan que "no hay competición; todos se alegran cuando las plantas crecen sanas y fuertes. Incluso pacientes que no participan directamente muestran interés y curiosidad".

Además de promover la salud mental

Este proyecto, además de promover la salud mental, busca fortalecer el vínculo de los pacientes con el entorno natural, ayudándolos a desarrollar un sentido de responsabilidad y compromiso.

Supuestamente, el huerto también fomenta la empatía y la cooperación entre los usuarios y el personal sanitario, creando un ambiente de apoyo mutuo.

El espacio, que en euros equivaldría a una inversión inicial cercana a los 10.000 €, continúa creciendo y consolidándose como un ejemplo de cómo la naturaleza y la #comunidad pueden ser aliados en la recuperación y el bienestar.

En un contexto donde la salud mental ocupa un lugar cada vez más importante en la agenda social, iniciativas como esta demuestran que cuidar de uno mismo y de los demás también puede hacerse a través de la agricultura y la conexión con la tierra.

Supuestamente, en el pasado, los huertos terapéuticos se han utilizado en diferentes países como Italia y Francia, donde se ha comprobado que las actividades agrícolas ayudan a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y promover la integración social.