Investigadores del Hospital 12 de Octubre en Madrid descubren que las alteraciones en los genes BRCA1 y BRCA2 en pacientes con cáncer de próstata metastásico predicen un pronóstico más agresivo, independientemente del tamaño de las metástasis, resaltando la importancia del cribado genético desde el diagnóstico.

Imagen relacionada de estudio mutaciones brca pronostico prostata independiente metastasis

Un reciente estudio realizado por el Hospital Universitario 12 de Octubre, en colaboración con centros de España, Portugal e Italia, ha puesto de manifiesto un hallazgo crucial en el tratamiento del cáncer de próstata avanzado.

La investigación, liderada por David Olmos, oncólogo del mencionado hospital, ha demostrado que las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2, que participan en la reparación del ADN, tienen un impacto directo en el pronóstico de los pacientes, independientemente del volumen de metástasis que presenten.

Hasta ahora, la estrategia terapéutica para estos pacientes se basaba principalmente en la carga tumoral, es decir, en la cantidad de metástasis visibles, y en el uso de terapias hormonales o quimioterapia.

El estudio, conocido como CAPTURE, analizó la presencia de alteraciones en 556 pacientes con enfermedad metastásica de inicio, tratados entre 2018 y 2023 en distintos centros de Europa.

Los resultados revelaron que aquellos que presentaban mutaciones en los genes BRCA tenían un pronóstico más severo, con supervivencias reducidas, sin importar si la enfermedad era de bajo o alto volumen.

Estos hallazgos subrayan que el enfoque tradicional, que se centra en el tamaño de las metástasis, puede ser insuficiente, y que la biología molecular del tumor debe integrarse en la evaluación clínica para ofrecer un tratamiento más personalizado.

Desde una perspectiva histórica, el cáncer de próstata ha sido uno de los más estudiados en oncología, con avances significativos en las últimas décadas.

Sin embargo, todavía existen desafíos en el manejo de los casos avanzados. En los años 90, el tratamiento se limitaba a la hormonoterapia, pero con el paso del tiempo se añadieron quimioterapia y terapias dirigidas, alcanzando una era donde la genética y la biología molecular toman protagonismo.

El papel de los genes BRCA, conocidos principalmente por su relación con el cáncer de mama y ovario, ha sido reconocido en los últimos años en otros tipos de cáncer.

La mutación en estos genes no solo aumenta el riesgo de desarrollar tumores, sino que también influye en la agresividad y en la respuesta al tratamiento.

La importancia de detectar estas alteraciones desde el inicio radica en la posibilidad de aplicar terapias dirigidas que puedan revertir la agresividad del tumor.

De hecho, el estudio también evalúa la eficacia de un nuevo fármaco llamado niaparib, un inhibidor de la enzima PARP, que ayuda a reparar el daño en el ADN.

Cuando se bloquea esta enzima, las células cancerosas con mutaciones en BRCA no pueden reparar su ADN dañado, lo que conduce a su muerte celular. Los resultados preliminares del ensayo clínico internacional AMPLITUDE, en el que participa el Hospital 12 de Octubre, demuestran que la combinación de niaparib con terapias hormonales aumenta la eficacia en pacientes con alteraciones en BRCA1 y BRCA2, logrando revertir la agresividad de los tumores y mejorar el pronóstico.

La doctora Elena Castro, también investigadora en el estudio, señala que conocer en etapas tempranas la presencia de estas mutaciones puede ser decisivo para decidir un tratamiento más efectivo.

“Nuestros datos sugieren que en fases iniciales de la enfermedad, la identificación de mutaciones en BRCA puede marcar la diferencia, permitiendo aplicar terapias específicas que impidan que el tumor evolucione de forma más agresiva”, explica.

La relevancia del cribado molecular desde el diagnóstico se ha convertido en una prioridad, ya que puede determinar el éxito del tratamiento y la supervivencia de los pacientes.

Históricamente, la lucha contra el cáncer de próstata ha sido un proceso de constantes avances, desde los primeros tratamientos hormonales hasta las terapias personalizadas basadas en la genética.

La incorporación de análisis moleculares en la práctica clínica representa el siguiente paso en esta evolución, permitiendo a los médicos adaptar las estrategias terapéuticas a las particularidades de cada tumor.

Este enfoque, además, abre la puerta a nuevas opciones terapéuticas y ensayos clínicos como el de AMPLITUDE, que buscan mejorar aún más los resultados en pacientes con mutaciones en BRCA.

La investigación continúa, pero los resultados actuales ofrecen una esperanza real para quienes enfrentan un diagnóstico de cáncer de próstata avanzado, mostrando que la ciencia avanza hacia tratamientos más precisos y efectivos, capaces de cambiar el pronóstico de la enfermedad y salvar vidas.