El presidente ruso, Vladimir Putin, responsabiliza a la administración de Biden por el estallido del conflicto entre Israel y las fuerzas palestinas. Propone la creación de un estado palestino independiente a través de la ONU.
En Europa, específicamente en Londres, Vladimir Putin, durante décadas amigo cercano de Israel y el pueblo judío, está aprovechando los ataques terroristas de Hamas para impulsar un nuevo sentimiento antioccidental.
Los primeros comentarios de Putin desde que los militantes de Hamas lanzaron un ataque sin precedentes durante el fin de semana, el martes estuvieron cargados de retórica antiestadounidense, culpando a la administración de Biden por el estallido de la peor guerra entre Israel y las fuerzas palestinas en décadas.
El presidente ruso Vladimir Putin (derecha) y el primer ministro de Iraq Mohammad al-Sudani antes de su reunión en el Kremlin en Moscú. Crédito: AP
Ahora afirma que las Naciones Unidas deben trabajar en la creación de un estado palestino independiente.
En su reunión con el primer ministro de Iraq, Mohammad al-Sudani, el martes, el presidente de Rusia expresó que los combates eran 'un claro ejemplo del fracaso de la política estadounidense en el Medio Oriente', sin expresar ninguna simpatía por el sufrimiento israelí.
'Intentaron monopolizar el proceso de paz, pero no se molestaron en buscar compromisos aceptables para ambas partes.
En su lugar, promovieron sus propias impresiones de cómo se debe hacer y presionaron a ambas partes [...] cada vez sin tener en cuenta los intereses fundamentales del pueblo palestino', expresó Putin.
El ataque a Israel, uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos, ha puesto a prueba el arsenal militar y la voluntad política de Estados Unidos y Europa.
La crisis se produce en un momento en que Occidente ya tenía dificultades para reunir más municiones y dinero para apoyar la contraofensiva de Ucrania.
Rusia ocupa una posición bastante única en la geopolítica de Oriente Medio, ya que ha logrado forjar alianzas con Irán y dos de sus enemigos jurados, Israel y Arabia Saudita, un productor de petróleo de gran importancia.
Rusia se ha posicionado como mediador, siguiendo su apoyo al régimen de Bashar al-Assad a lo largo de la mortal guerra civil de Siria.
En 2013, Putin logró promover la no intervención en los ataques químicos de Siria contra civiles como una victoria para el orden internacional, superando a Barack Obama en el proceso.