Un disturbio en Southport, Inglaterra, ha surgido después del trágico ataque que dejó a tres niñas muertas, cuando un grupo de manifestantes de extrema derecha se enfrentó a la policía cerca de una mezquita.
En Southport, Inglaterra, se registraron enfrentamientos entre la policía y un grupo de manifestantes de extrema derecha que se congregaron fuera de una mezquita, en medio de la conmoción por un ataque que resultó en la muerte de tres jóvenes durante una clase de danza.
Los hechos tuvieron lugar cerca del área donde ocurrió la tragedia, cuando un individuo armado ingresó a un estudio y apuñaló a varias niñas.
Según informes de la policía de Merseyside, durante las protestas, algunos manifestantes, en su mayoría simpatizantes de la Liga de Defensa Inglesa, lanzaron botellas y piedras a las autoridades.
El desorden se desató tras la detención de un joven de 17 años, quien se encuentra bajo custodia policial.
Esta situación ha alimentado especulaciones y rumores entre los manifestantes, lo que llevó a disturbios en las calles.
Alex Goss, subcomisario asistente de Merseyside, expresó su preocupación por la violencia provocada por la desinformación.
"Es evidente que algunas personas están utilizando la situación actual para sembrar el caos en nuestras comunidades", comentó Goss, subrayando que el arrestado nació en el Reino Unido, lo que desmiente muchas de las conjeturas en torno a su origen.
Los incidentes se produjeron poco después de que cientos de personas se reunieran de manera pacífica en el centro de la ciudad para rendir homenaje a las víctimas del apuñalamiento.
La manifestación en memoria de las tres niñas, Alice Dasilva Aguiar de 9 años, Elsie Dot Stancombe de 7 años y Bebe King de 6 años, fue interrumpida por la violencia.
La situación escaló de tal manera que un vehículo policial fue incendiado, emitiendo una densa columna de humo negro que se alzó en el cielo.
Durante los enfrentamientos, se reportaron lesiones en varios oficiales de policía, incluyendo a uno con una fractura en la nariz, mientras otros sufrieron heridas menores.
Los gritos de “¡No rendirse!” y “¡Inglés hasta morir!” resonaban por las calles, mientras el sonido de cohetes y sirenas llenaba el aire y un helicóptero sobrevolaba la zona.
Los disturbios estuvieron marcados por una atmósfera de caos que contrasta con la conmovedora vigilia celebrada horas antes.
La insólita violencia ha sorprendido a muchos, incluidos funcionarios del gobierno.
La Secretaria del Interior, Yvette Cooper, declaró en el Parlamento: “Es difícil entender o expresar con palabras el horror de lo que ha sucedido.
Lo que debería haber sido un inicio alegre del verano se convirtió en una tragedia indescriptible”.
Este tipo de incidentes no son nuevos en el Reino Unido, donde el extremismo y la violencia han coexistido con tensiones sociales a lo largo de los años.
La historia muestra que las manifestaciones de odio pueden surgir rápidamente en momentos de crisis, y la situación en Southport es un trágico recordatorio de las consecuencias de la desinformación y el extremismo en la sociedad moderna.