El magnate de los medios Jimmy Lai comparece por primera vez en su juicio de seguridad nacional en Hong Kong, defendiendo sus relaciones con funcionarios estadounidenses.
El magnate de los medios de comunicación Jimmy Lai ha ingresado este miércoles al Tribunal de Magistrados de West Kowloon, en Hong Kong, para comparecer por primera vez en su juicio de alto perfil relacionado con la ley de seguridad nacional impuesta por Pekín.
Durante su declaración, Lai, de 76 años, negó haber utilizado sus vínculos con altos funcionarios del gobierno estadounidense para influir en la política exterior de Estados Unidos hacia Hong Kong y China.
Desde su arresto hace cuatro años por los cargos de conspiración para coludirse con fuerzas extranjeras y publicar material sedicioso, esta es la primera vez que Lai se expresa en público.
A su entrada en el tribunal, sonrió y saludó a sus familiares presentes.
A lo largo de su reclusión, ha pasado la mayor parte del tiempo en confinamiento solitario y enfrenta una posible cadena perpetua según las duras disposiciones de la legislación de seguridad nacional.
Lai fue el fundador y director del ahora desaparecido Apple Daily, un periódico pro-democracia que se destacó por su fuerte crítica a los gobiernos de China y Hong Kong.
La publicación cesó sus operaciones en 2021, después de que las autoridades congelaran las cuentas bancarias de Lai y arrestaran a varios miembros clave del personal.
En su defensa, el abogado Steven Kwan interrogó a Lai sobre sus relaciones con destacados miembros de gobiernos occidentales, así como con reconocidos periodistas de Occidente.
Estas conexiones han sido presentadas por la fiscalía como “conexiones políticas externas” de Lai, que podrían haber influido en sus acciones.
Durante el juicio, se presentó una infografía preparada por la fiscalía que incluía imágenes de los contactos supuestamente relacionados con Lai, entre ellos el expresidente estadounidense Donald Trump y altos funcionarios de su administración.
También se mencionó a la expresidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, al expolítico británico Lord Elton, y al exgobernador de Hong Kong, Chris Patten.
Estas acusaciones han llevado a la fiscalía a argumentar que Lai intentó presionar a gobiernos extranjeros para que impusieran sanciones o realizaran acciones hostiles contra los gobiernos de Hong Kong y China.
Sin embargo, el magnate ha sostenido que sus intenciones eran meramente pro-democráticas, buscando apoyo internacional para las libertades y derechos humanos en su país.
La situación de Lai es parte de un contexto más amplio en el cual Hong Kong ha visto un incremento en las restricciones sobre la libertad de expresión y el periodismo desde las protestas prodemocracia de 2019. Las leyes de seguridad nacional han sido objeto de críticas internacionales por su uso para silenciar la disidencia y reducir las libertades civiles en esta región administrativa especial de China.
A medida que avanza el juicio, las implicaciones políticas y sociales en Hong Kong son significativas, generando un debate global sobre la libertad de prensa y la represión política en la región.
Con la atención internacional centrada en el caso de Lai, el desenlace del juicio podría tener consecuencias duraderas para el activismo pro-democrático en Hong Kong y más allá.