Gisele Pelicot, víctima de agresión sexual, busca generar cambios sociales y apoyar a otras mujeres a través de su experiencia en un juicio público en Francia.

Gisele Pelicot, una mujer de 72 años, ha captado la atención de la opinión pública mundial tras narrar su desgarradora historia de violación masiva durante un juicio en el sur de Francia.

Su firme determinación de hacer pública su experiencia busca no solo justicia para ella, sino también servir de inspiración y apoyo para otras mujeres que han sido víctimas de abusos.

Dominique Pelicot, el esposo de Gisele, ha admitido haber invitado a decenas de extraños a su hogar durante prácticamente una década, para que la agredieran sexualmente después de haberla drogado.

La gravedad de esta situación ha llevado a que otros 50 hombres enfrenten cargos en el mismo juicio, todos acusados de haber participado en estas atroces violaciones.

Con voz temblorosa por la emoción, Gisele relató al tribunal en Avignon cómo esta experiencia la ha dejado devastada.

A lo largo de las sesiones que comenzaron el 2 de septiembre, ella ha tenido que enfrentarse a la increíble violencia de las declaraciones de algunos de los acusados, quienes argumentaron que pensaban que ella había consentido o que estaba fingiendo estar dormida.

"He decidido no sentir vergüenza, yo no he hecho nada malo", enfatizó Gisele, quien se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia sexual.

En un acto de valentía, Gisele solicitó que el juicio se celebrase de manera pública y no a puerta cerrada, a pesar de que en muchos casos se opta por esta última opción para proteger a las víctimas de violación.

Su esperanza es que esta visibilidad ayude a otros que han sufrido situaciones similares a no sentirse solos y a buscar justicia.

"Ellos (los violadores) son los que deberían sentir vergüenza", afirmó Pelicot, quien describió como "muy difícil pero necesario" el que se presentaran en el juicio videos grabados por su esposo en los momentos de su agresión.

A lo largo de su testimonio, Gisele no expresó odio, sino que mostró una firme convicción de que la sociedad debe cambiar.

"Estoy decidida a que las cosas cambien en esta sociedad", afirmó con determinación.

Su historia ha resonado en todo Francia, donde se han organizado protestas en apoyo a Gisele Pelicot.

Muchas mujeres han expresado admiración por su coraje al enfrentar una experiencia tan traumática y al hablar abiertamente sobre ella.

Este caso ha puesto de relieve la urgencia de abordar la violencia sexual en todas sus formas y ha abierto un espacio para que otras víctimas se sientan empoderadas a contar sus historias.

La lucha de Gisele Pelicot es una llamada a la acción para que la sociedad reevalúe su postura sobre la violencia de género y el tratamiento hacia las víctimas.

Su coraje y determinación no solo la convierten en una figura emblemática, sino en un verdadero agente de cambio en la búsqueda de justicia y equidad para todas las mujeres.