Los recientes actos de violencia en las calles de Temple Bar, en Dublín, han generado preocupación en empresarios y autoridades locales por el daño que esto podría causar a la reputación de la ciudad. Un turista estadounidense fue brutalmente agredido, lo que ha puesto en evidencia la violencia juvenil en la zona. Las autoridades han emitido una advertencia de seguridad para ciudadanos estadounidenses, instándolos a mantener un perfil bajo y evitar caminar solos de noche
Las históricas calles empedradas de Temple Bar en Dublín, famosas por ser un lugar donde los turistas acuden para probar la cerveza Guinness local y disfrutar de la música tradicional irlandesa, se han convertido en escenario de un lado cada vez más siniestro en los últimos tiempos, lo cual preocupa a los dueños de negocios y al gobierno, ya que podría dañar gravemente la reputación de la ciudad.
Hace casi dos semanas, la brutal agresión a un turista estadounidense causó conmoción en la capital, arrojando luz sobre la violencia juvenil en la ciudad.
Desde entonces, ha habido varios ataques, con tres incidentes separados solo el pasado lunes que añaden más sombras a esta situación.
Una mujer de treinta y tantos años tuvo que ser hospitalizada después de ser agredida en Temple Bar, mientras que esa misma noche un hombre fue golpeado y tuvo que ser llevado al hospital, y otro resultó herido durante una pelea con un grupo de adolescentes en Ormond Quay.
La escala de la violencia llevó a la embajada de Estados Unidos a emitir una advertencia de seguridad a sus ciudadanos, con un mensaje impreso en su sitio web instando a los turistas y residentes a "mantener un perfil bajo" y evitar caminar solos de noche.
Grupos de bienestar social han advertido que décadas de negligencia hacia las comunidades marginadas han dado lugar a una "generación perdida" de niños que quedaron desatendidos durante la pandemia y ahora viven "en la calle". Muchos de los delincuentes provienen del centro norte de la ciudad, que es tradicionalmente una de las áreas más pobres.
Stephen Termini, de 57 años y originario de Buffalo, Nueva York, salió de un coma el fin de semana, pero se encuentra en estado grave pero estable, con "lesiones que cambiarán su vida" en el ojo y la cabeza como resultado del incidente.
Fue golpeado y apaleado en la cabeza varias veces durante el ataque.
Tres adolescentes se enfrentan a cargos por la agresión, que ocurrió cerca de una de las principales comisarías de la ciudad.
Los hijos de Termini han volado a Irlanda para estar a su lado.
Sus imágenes han sido publicadas en todos los noticieros de televisión y periódicos del fin de semana.