El tifón Yagi ha dejado a su paso un saldo trágico en Vietnam, con más de 200 fallecidos y cientos de damnificados. La comunidad internacional se moviliza para ayudar al país.
Hanoi, Vietnam: La tragedia se ha apoderado de Vietnam tras el paso del tifón Yagi, que ha causado la muerte de más de 226 personas y ha dejado a 104 personas desaparecidas, según informes de las autoridades locales.
El país enfrenta una crisis debido a las intensas lluvias, desbordamientos e inundaciones que han afectado gravemente diversas regiones.
Para mitigar el impacto de esta catástrofe, el gobierno australiano ha ofrecido una ayuda de emergencia de 3 millones de dólares australianos (aproximadamente 1,8 millones de euros) a las autoridades vietnamitas.
El informe de la agencia nacional de gestión de desastres ha revelado que la provincia norteña de Lao Cai ha sido la más golpeada, acumulando una cifra alarmante de 98 muertos y 81 personas reportadas como desaparecidas.
Las imágenes que llegan desde la capital, Hanoi, muestran un panorama desolador: el agua del río Rojo ha comenzado a retroceder ligeramente, pero muchas áreas continúan completamente inundadas, con niveles de agua que alcanzan la altura de los cuellos en algunas zonas.
En el distrito de Tay Ho, los residentes se ven obligados a navegar por calles llenas de agua oscura que les llega por encima de las rodillas mientras muchos aún llevan puestas sus cascos de bicicleta y motocicleta, decisión que evidencia la rapidez con la que tuvieron que abandonar sus vehículos.
La situación ha llevado a algunos a utilizar pequeñas embarcaciones para desplazarse, mientras que otros intentan salvar sus pertenencias que flotan entre escombros y botellas vacías que el agua arrastra sin piedad.
El tifón Yagi ha sido uno de los más destructivos en los últimos años en la región, recordándonos que Nicaragua y Filipinas también han sufrido el embate de tifones que han dejado a su paso ríos desbordados y comunidades enteras destrozadas.
De hecho, en 2020, Vietnam enfrentó otro evento climático severo que causó la muerte de docenas de personas y daños significativos a la infraestructura.
Las autoridades locales están trabajando incansablemente para llevar a cabo labores de rescate, pero enfrentan retos extremos debido a la magnitud del desastre.
Hasta ahora, se reporta que más de 800 personas han resultado heridas, y la falta de acceso a ciertas áreas dificulta el despliegue de ayuda a los afectados.
Las condiciones climáticas han complicado aún más la situación, con nuevos pronósticos de lluvias intensas en los próximos días.
Es un momento de gran tristeza e incertidumbre para muchas familias vietnamitas, ya que luchan por reconstruir sus vidas en medio de esta calamidad.
La respuesta internacional, como la ayuda de Australia, es un rayo de esperanza en estos tiempos oscuros, pero queda mucho por hacer para restaurar la normalidad en el país.