El Valle de la Muerte en California ha alcanzado temperaturas extremas este verano, marcando un nuevo récord en el norte de América. Los meteorólogos aseguran que se trata de algunas de las temperaturas más altas jamás registradas en todo el mundo.
El pasado domingo, el Valle de la Muerte, ubicado en la frontera entre California y Nevada, alcanzó los 53.3 grados Celsius en Furnace Creek, según el Servicio Meteorológico Nacional.
Esta región es conocida por sus altas temperaturas y anteriormente registró la temperatura más alta jamás registrada en la Tierra, con 56.67 grados Celsius en julio de 1913. Solo se han registrado temperaturas de 130 grados Fahrenheit (54.44 grados Celsius) o superiores en la Tierra en pocas ocasiones, la mayoría de ellas en el Valle de la Muerte.
Randy Ceverny de la Organización Meteorológica Mundial, reconocida como guardiana de los récords mundiales, señaló que este tipo de temperaturas extremas se están volviendo cada vez más probables debido al calentamiento global.
Además, explicó que la presión atmosférica ubicada en la parte superior de los Estados Unidos está contribuyendo al fenómeno de calor extremo que se está experimentando este fin de semana.
Furnace Creek es una comunidad no incorporada dentro del Parque Nacional del Valle de la Muerte y alberga el centro de visitantes del parque, que incluye un termómetro digital popular entre los turistas.
El domingo por la tarde, varias personas se congregaron alrededor del termómetro, algunos de ellos vistiendo abrigos de piel como una broma, con la esperanza de tomar una foto con una lectura de temperatura impactante.
Aunque el termómetro digital llegó a marcar 54.4 grados en un momento dado el domingo, esta lectura no es oficial.
El Servicio Meteorológico Nacional informó que la temperatura más alta registrada el domingo fue de 53.3 grados y era poco probable que se superara a medida que el sol se ocultara.
A pocos kilómetros de distancia, en el Badwater Basin, el punto más bajo de América del Norte ubicado a 85.95 metros bajo el nivel del mar, los turistas se tomaron selfies y caminaron brevemente por las planicies de sal blanca rodeadas de montañas de color arena, mientras nubes dispersas se desplazaban.
Según los meteorólogos, esta cubierta de nubes ligeras probablemente impidió que las temperaturas alcanzaran máximos históricos potenciales.