A partir de octubre, los turistas que visiten Nueva Zelanda deberán pagar una nueva tarifa de 100 dólares neozelandeses, elevando el costo de visitar el país.
Wellington: Nueva Zelanda ha decidido aumentar la tasa de impuesto que deberán pagar los turistas internacionales, estableciendo un nuevo cargo de 100 dólares neozelandeses (aproximadamente 58 euros) para aquellos que deseen visitar el país.
Esta medida, anunciada recientemente, es considerada por grupos de la industria como un paso que consolida a Nueva Zelanda como uno de los destinos más costosos del mundo para vacacionar.
A partir del mes de octubre, el impuesto para los visitantes internacionales pasará de 35 dólares neozelandeses (aproximadamente 20 euros) a 100 dólares neozelandeses.
Es importante señalar que los turistas australianos y los provenientes de la mayoría de las naciones del Pacífico estarán exentos de este nuevo gravamen.
Introducido originalmente en 2019, el impuesto a los visitantes internacionales, conocido como International Visitor Levy (IVL), tiene como objetivo recaudar fondos que se reinvierten en proyectos turísticos y de conservación.
El Ministro de Turismo, Matt Doocey, justificó este aumento indicando que "incrementar el IVL nos permitirá seguir fomentando el turismo internacional, lo que contribuye al crecimiento económico del país". Además, aseguró que "asegura que los visitantes internacionales contribuyan a áreas y proyectos de conservación de alto valor, como el apoyo a la biodiversidad en los parques nacionales".
Este cambio en la estructura del impuesto se produce en un contexto en el que el gobierno neozelandés ha comenzado a enfocarse en atraer turistas que gastan más, alejándose del perfil de mochileros y de los tan criticados "freedom campers". Estos últimos son viajeros de bajo costo que recorren el país en furgonetas autosuficientes.
La llegada de este tipo de turistas a menudo ha sido objeto de críticas por parte de las autoridades turísticas, que argumentan que su impacto económico es limitado y que generan presiones adicionales sobre las atracciones naturales del país.
Históricamente, el turismo siempre ha sido una de las principales fuentes de ingresos para Nueva Zelanda, siendo un pilar fundamental de su economía, especialmente en regiones rurales.
La diversificación de la oferta turística ha permitido al país posicionarse como un destino de lujo, aprovechando sus impresionantes paisajes naturales y su rica cultura.
Sin embargo, el aumento de los costos relacionados con el turismo también puede hacer que algunos viajeros reconsideren sus planes de visita.
Si bien la intención detrás del incremento de este impuesto es garantizar que Nueva Zelanda mantenga y mejore su atractivo turístico a largo plazo, habrá que observar cómo reaccionan los mercados internacionales ante este cambio y si el país logra atraer a los turistas que busca.
En resumen, el nuevo impuesto propuesto apunta a generar ingresos que beneficiarán la conservación y el desarrollo de la infraestructura turística del país.
No obstante, este incremento sugiere que Nueva Zelanda puede estar buscando un equilibrio entre la gestión de la capacidad de sus destinos naturales y el impulso económico que el turismo puede proporcionar.