En un informe publicado recientemente por miembros del comité del Congreso de Estados Unidos que investiga los negocios de Joe Biden, se revela que Donald Trump continuó obteniendo beneficios de gobiernos extranjeros mientras era presidente del país.

En concreto, cuatro de sus propiedades recibieron casi 8 millones de dólares, la mayoría de ellos provenientes de China.

A medida que se acerca el año 2024, en el que se celebrarán elecciones presidenciales en Estados Unidos, los documentos publicados muestran cómo entidades extranjeras pagaron millones de dólares a propiedades propiedad de Trump al mismo tiempo que buscaban influir en su administración.

El congresista Jamie Raskin, del Partido Demócrata, escribió en el prólogo del informe de 156 páginas titulado "Casa Blanca en venta": "Donald Trump aceptó más de 7,8 millones de dólares en pagos de estados extranjeros y sus líderes, incluidos algunos de los regímenes más desagradables del mundo.

Al poner por encima de los intereses del público estadounidense sus propios intereses financieros personales y las prioridades políticas de gobiernos extranjeros corruptos, el ex presidente Trump violó tanto los claros mandatos de la Constitución como los cuidadosos precedentes establecidos y observados por todos los comandantes en jefe anteriores".

Se argumenta que Trump violó la Constitución de Estados Unidos al aceptar pagos financieros de gobiernos extranjeros sin obtener el consentimiento del Congreso.

Según el informe, basado en recibos y registros obtenidos a través de batallas legales, China contribuyó con la mayor cantidad de dinero a las propiedades de Trump, con pagos por valor de 5,5 millones de dólares provenientes de su embajada en Estados Unidos, la Hainan Airlines Holding Company y el Industrial and Commercial Bank of China.

Estos pagos coincidieron con un ablandamiento inicial de la retórica y actitud de Trump hacia Beijing.

Durante la campaña electoral de 2016, acusó a China de robar empleos estadounidenses y de "violar" al país con su política comercial, y más tarde impuso importantes aranceles a las importaciones chinas.

Sin embargo, mientras estaba en el cargo en 2017, Trump mantuvo reuniones con el presidente Xi Jinping, lo hospedó en su resort de Mar-a-Lago y elogió su "muy buena relación".