El ex presidente Donald Trump se encuentra bajo juicio por fraude en Nueva York, mientras su partido se divide debido a sus seguidores más fervientes. Mientras tanto, en la Cámara de Representantes, el presidente del parlamento Kevin McCarthy enfrenta un juicio para mantener su puesto.

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En una sala de Nueva York, el ex presidente Donald Trump, derrotado en las elecciones, está siendo restringido por el juez en el juicio por fraude en sus negocios.

El juez no permitirá que Trump ataque o amenace, como lo hacía en las redes sociales, a ninguno de los miembros del tribunal.

Las palabras de Trump llegan a decenas de millones de personas y muchos de los atrapados en su ira han visto sus vidas en peligro.

Este juez no permitirá que tales amenazas interrumpan el estado de derecho.

Después de un acuerdo alcanzado por McCarthy con los demócratas para mantener el gobierno abierto y financiado, ocho de los rebeldes seguidores de Trump votaron con los demócratas para destituir al presidente del parlamento de su cargo.

Es la primera vez que esto sucede desde el primer congreso en 1789.

El juicio en Nueva York es solo uno de los 91 delitos que se le imputan a Trump en otros cuatro estados del país.

Cualquier otro político normal habría sido expulsado hace mucho tiempo, pero no Trump.

Es el favorito dominante e indiscutible para ganar la nominación de su partido para postularse por tercera vez como presidente en 2024. Su influencia es tal que sus seguidores, menos de una docena, tienen el poder de imponer la política de Trump MAGA a más de 200 de sus colegas representantes y derrocar a su líder.

Después de dos debates presidenciales republicanos, está claro que ninguno de los competidores de Trump puede hacerle frente y decirle directamente en su cara (Trump, siempre astuto, nunca aparecerá en el mismo escenario que sus oponentes): 'No estás capacitado para ser presidente ni para liderar el país nuevamente.

Tu extremismo nos costó la Cámara en 2018, la Casa Blanca en 2020 y el Senado en 2022. Eres un perdedor de tres ocasiones, y eso nos está matando a nosotros y al partido republicano.


Actúas de formas que son una vergüenza para el cargo y para la constitución.

¿Cómo podemos apoyar a alguien que amenaza con ejecutar al presidente del Estado Mayor Conjunto? ¿Quien enfrenta cuatro juicios penales? Y aunque se presume tu inocencia, no hay forma de que puedas gobernar el país y enfrentar tus problemas legales.

Sal de la carrera.

¡El país merece algo mejor! '

Ningún candidato dice eso y sigue participando en la carrera, porque un ataque a Trump es un ataque a sus votantes.

Chris Christie está atacando a Trump y tiene un 4 por ciento en las encuestas.

Ron DeSantis no se compromete del todo y tiene un 12 por ciento.

Trump no tiene una campaña política.

Tiene un movimiento.

Su audacia dramática, desvergonzada e interminable, junto con su habilidad mediática que acapara toda la atención, ha llevado a sus seguidores a abrazar plenamente su grito: que el presidente Joe Biden y su departamento de justicia están persiguiendo y procesando a Trump para sacarlo de la contienda, el mayor caso de interferencia política en una campaña en la historia de Estados Unidos.

Ellos creen y no se moverán.

La Cámara de Representantes, en los próximos días, será otro espectáculo para contemplar.

McCarthy anunció que no se postulará nuevamente después de su destitución.

Ha tenido suficiente.

La próxima prueba será si los rebeldes insistirán en que el único presidente de la Cámara que puede ser elegido debe prestar un juramento de sangre ante sus demandas sobre legislación y cómo se manejará la Cámara.