La potente tormenta Ciaran ha azotado Francia y gran parte de Europa occidental, causando estragos y consecuencias devastadoras.

Con ráfagas de viento que superaban los 190 km/h en la costa atlántica del norte de Francia, la tormenta ha arrancado árboles y provocado roturas de ventanas.

Lamentablemente, se ha informado de al menos siete personas fallecidas, y otras han resultado heridas en diferentes incidentes.

El trágico suceso de un conductor de camión que murió tras ser alcanzado por un árbol en la región de Aisne, al norte de Francia, ha sido confirmado por el ministro de Transporte, Clement Beaune.

Otro fallecimiento tuvo lugar en la ciudad portuaria de Le Havre, en Normandía, donde un hombre de 70 años perdió la vida al caer desde su balcón mientras intentaba cerrar las persianas durante una ráfaga de viento.

Además, una persona resultó gravemente herida en una universidad en la ciudad de Roubaix, y otras quince personas sufrieron heridas en distintas localidades de la región norte y oeste de Francia, incluyendo siete trabajadores de emergencias.

Las olas gigantes han sacudido los puertos y costas francesas, mientras las ráfagas de viento han derribado señales de tráfico y arrancado tejados.

Los árboles caídos han bloqueado numerosas carreteras en el oeste de Francia.

En total, aproximadamente 1.2 millones de hogares en Francia han quedado sin electricidad, siendo Bretaña la península atlántica más afectada por la tormenta Ciaran.

Los vientos han alcanzado hasta los 160 km/h en la costa de Normandía y 150 km/h en el interior del país.

Los pescadores han tenido que parar su actividad y quedarse en tierra.

Los trenes locales han sido cancelados en gran parte del oeste de Francia, mientras que todas las carreteras de la región de Finisterre, en Bretaña, han sido cerradas.

El ministro Beaune insta a la población a evitar los desplazamientos en coche y a tener precaución en las zonas con alertas meteorológicas.