Un grupo de surfistas australianos ha sido rescatado en las Islas Banyak, Indonesia, y ahora se dirigirán de regreso a casa después de la experiencia de sus vidas. La misión de rescate fue liderada por el patrón australiano Grant Richardson, quien estaba involucrado en la búsqueda de los surfistas. Ahora, los deportistas se dirigen a la isla de Nias, desde donde podrán tomar vuelos directos a Medan y luego a Sydney para reunirse con sus familias.

Un grupo de doce amigos australianos que se encontraban de vacaciones en Indonesia ha sido rescatado en las Islas Banyak después de una misadventura en alta mar.

Elliot Foote, Steph Weisse, Jordan Short y Will Teagle, junto con el resto del grupo, abandonaron la remota Isla de Pinang el viernes en el catamarán del patrón australiano Grant Richardson, quien participó activamente en la búsqueda.

El objetivo de los surfistas era alcanzar la isla de Nias, a un trayecto de tres a cuatro horas en barco.

Sin embargo, durante la travesía, una de las embarcaciones comenzó a llenarse de agua debido a una tormenta, lo que obligó a los cuatro australianos y a tres tripulantes indonesios a abandonar el barco y refugiarse en el océano.

Para su fortuna, un barco de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate (Basarnas) de Indonesia los escoltaba hacia la isla de Nias, desde donde podrán tomar vuelos directos a la ciudad de Medan en Sumatra.

Allí, podrán conectar con vuelos a Jakarta y finalmente a Sydney, donde se reunirán con sus familias.

Elliot Foote, uno de los surfistas rescatados, relató su experiencia de haberse separado del grupo y haber quedado a la deriva en su tabla de surf hasta que fue encontrado el martes.

Según él, fue una experiencia angustiante ya que estuvo toda la noche remando sin descanso y tratando de acercarse a alguna isla, pero la corriente no se lo permitía.

Finalmente, fue rescatado por dos pescadores locales, quienes lo llevaron a un lugar seguro.

Este incidente ha sido una verdadera prueba de supervivencia para estos aventureros australianos, quienes ahora regresan a casa con una experiencia que difícilmente olvidarán.

Sus familias, sin duda, estarán aliviadas y ansiosas por recibirlos.

El respeto y admiración hacia quienes se dedican al surf y a desafiar los elementos marinos han quedado demostrados una vez más.