Preocupación en Sumy por la escalada de ataques con drones rusos que ha dejado varios muertos
En la madrugada, un incendio devastaba un edificio de apartamentos en Sumy, Ucrania, tras ser alcanzado por un dron ruso.
Residentes, entre el humo, alertaban a los bomberos sobre una joven que vivía en el ático.
Artem, uno de los bomberos en servicio aquella noche del 13 de marzo, se adentró en el edificio en llamas en busca de la chica.
En el quinto piso, tras forzar la puerta del apartamento, se encontraron con una escena desoladora: solo un metro de suelo y un vacío peligroso al otro lado.
El ataque, que cobró la vida de cuatro personas, es solo uno de los muchos que han sacudido Sumy en los últimos meses.
Las autoridades ucranianas han alertado de la posibilidad de un nuevo ataque ruso contra Sumy, ciudad ubicada a solo 40 kilómetros de la frontera con Rusia.
El ambiente en la región es tenso y la incertidumbre crece entre los habitantes.
Pueblos cercanos ya están siendo bombardeados a diario, mientras que fábricas y plantas de energía en el distrito industrial de Sumy están siendo destruidas por bombas y drones.
El bloque de apartamentos de cinco pisos destruido el 13 de marzo fue golpeado por un dron Shahed de fabricación iraní. Los rusos han intensificado sus ataques en el centro de la ciudad con drones explosivos, afectando a varios edificios residenciales.
Los equipos de bomberos trabajaron durante cuatro días para apagar el fuego y limpiar los escombros.
Entre las víctimas se encontraba un soldado y un pensionista que vivían en el edificio, así como una familia de cuatro personas atrapada bajo un techo caído.
A pesar de los esfuerzos de los rescatistas, la joven del ático nunca fue encontrada.
Sumy, al igual que gran parte de Ucrania, sufre cortes de energía constantes debido a los daños ocasionados por los ataques.
La situación en la región es crítica y la comunidad internacional sigue de cerca la escalada de violencia en la zona.