El Ejército Sirio intensifica sus operativos en el norte del país contra insurgentes que han tomado Aleppo.
En un contexto de creciente tensión en Siria, el ejército gubernamental ha respondido con rapidez ante la reciente ofensiva de los insurgentes en el noroeste del país, enfocándose en la recaptura de Aleppo, la ciudad más grande de Siria.
Este domingo, el ejército sirio reforzó sus tropas en la región y realizó una serie de bombardeos aéreos con la intención de contener a los rebeldes que han tomado el control de áreas clave.
Informes indican que al menos 25 personas han perdido la vida debido a estos ataques, según el servicio de rescate conocido como los Cascos Blancos, vinculado a la oposición siria.
A medida que la situación se intensifica, las fuerzas opuestas también han aprovechado la confusión, tomando municiones abandonadas en la localidad de Khan Assubul, lo que podría incrementar sus recursos en el combate.
Mientras tanto, aviones de combate rusos y sirios llevaron a cabo ataques aéreos en la ciudad de Idlib, un fuerte bastión rebelde en el norte del país.
El presidente Bashar al-Assad ha emitido un contundente mensaje, prometiendo desmantelar a los insurgentes que han conquistado partes de Aleppo.
En respuesta a la ofensiva, las tropas del gobierno están estableciendo una 'línea defensiva sólida' en el norte de Hama, buscando detener el avance de los grupos insurgentes que también han amenazado otras áreas.
Por su parte, Irán, un aliado político y militar significativo de Assad durante la prolongada guerra civil siria, ha expresado su disposición a apoyar al gobierno ante esta nueva crisis.
Sin embargo, los detalles sobre cómo Teherán planea abordar esta situación son aún inciertos, ya que la ofensiva comenzó a gestarse desde el miércoles pasado.
El ataque insurgente, liderado por el grupo yihadista Hayat Tahrir al-Sham, se ha llevado a cabo en dos frentes: uno dirigido a Aleppo y otro hacia los alrededores de Idlib, antes de dirigirse a la provincia vecina de Hama.
Contrario a la creencia de que el control de operaciones puede ser sencillo, el terreno y la resistencia local presentan desafíos significativos a ambos bandos del conflicto.
Idlib, que alberga aproximadamente 4 millones de personas, muchas de las cuales viven en condiciones precarias en tiendas de campaña y alojamientos improvisados, ha sido el escenario de ataques que han golpeado incluso áreas residenciales densamente pobladas.
Esta inestabilidad acentuada continúa generando una crisis humanitaria que afecta a millones de civiles, obligando a muchos a abandonar sus hogares en busca de seguridad.
Históricamente, Aleppo ha sido un punto focal en la guerra, sirviendo como un símbolo de la resistencia y el conflicto a lo largo de los años.
La captura de la ciudad en 2016 por parte del gobierno sirio marcó un punto de inflexión en la guerra, pero la reciente recuperación de posiciones por parte de los insurgentes subraya que la batalla por el control en esta área estratégica aún está lejos de concluir.
Con el futuro de Siria en juego, cada nuevo desarrollo tensa aún más la frágil situación en la región.