Los combates en Siria llegan a un nuevo hito con la entrada de oposición armada en Damasco tras la supuesta huida del presidente Bashar al-Assad.
En un giro sorprendente de los acontecimientos en Siria, los combatientes de la oposición han declarado haber tomado el control de la capital, Damasco, lo que marca un cambio significativo en el conflicto que ha asolado al país durante más de una década.
Este anuncio se produce luego de que el presidente Bashar al-Assad, cuyo mandato se caracterizó por una represión brutal de cualquier forma de disidencia, abandonara la ciudad en un vuelo hacia un destino desconocido.
De acuerdo con fuentes de la oposición y testimonios de ciudadanos, miles de personas salieron a las calles para celebrar la llegada de los rebeldes, ondeando banderas y coreando la palabra 'libertad' en la Plaza de los Mártires, considerada uno de los pulmones del centro de la capital.
Se reportó que no había signos visibles de movilización del ejército gubernamental, lo que sugiere una falta de oposición militar a esta incursión.
Uno de los grupos rebeldes anunció: "Celebramos con el pueblo sirio la noticia de que hemos liberado a nuestros prisioneros y hemos roto sus cadenas, marcando el fin de una era de injusticia en la prisión de Sednaya", una instalación penitenciaria conocida por sus condiciones inhumanas y por albergar a miles de detenidos políticos.
La salida de al-Assad representa un hecho sin precedentes, ya que pone fin a más de 54 años de dominio de la familia Assad sobre Siria.
Su padre, Hafez al-Assad, tomó el poder en un golpe de estado sin derramamiento de sangre en 1970 y gobernó hasta su muerte en 2000. Bashar al-Assad sucedió a su padre y fue elegido apenas unas semanas después de su fallecimiento, manteniendo el mismo estilo autoritario que caracterizó a su progenitor.
La imagen de al-Assad, que ha sido un símbolo del régimen y del descontento popular, ha adornado edificios en Damasco, representando el control casi absoluto del gobierno durante años.
Sin embargo, la reciente llegada de los opositores a la ciudad ha sembrado la esperanza de un cambio radical en la situación política del país.
Los líderes rebeldes han declarado que esta es la culminación de la 'era oscura', anunciando la llegada de 'una nueva era' en Siria.
Este cambio político también se produce en el contexto de una creciente presión internacional sobre el régimen de al-Assad y la búsqueda de una solución pacífica al conflicto sirio.
El futuro de Siria ahora es incierto, pero muchos ciudadanos han decidido salir a las calles para expresar su alegría y esperanza en un futuro más libre y democrático, dejando atrás años de miedo y represión.
Los próximos días serán cruciales para determinar si esta nueva fase en la historia de Siria mantendrá el impulso necesario para continuar el proceso de cambio y estabilización en la región.