La historia de cómo Abu Mohammad al-Golani, un joven estudiante, se transformó en el líder de Hayat Tahrir al-Sham, reflejando los cambios profundos en Siria en las últimas dos décadas.
En 2004, durante un periodo de agitación en el Medio Oriente, Bashar al-Assad, que recién se había consolidado en el poder, lanzó una campaña para motivar a los jóvenes sirios y musulmanes a cruzar a Irak y unirse a la resistencia contra la ocupación estadounidense.
Fue en este contexto que Ahmed al-Sharaa, un modesto estudiante de medios de comunicación con un carácter tranquilo, atendió a este llamado.
En ese año, yo también era un estudiante en Damasco y era evidente la movilización del régimen en las universidades.
Recuerdo vívidamente cómo, durante un viaje en taxi a mi pueblo en Albu Kamal, cerca de la frontera con Irak, el conductor mencionó sin pudor que transportaba combatientes a la región de Anbar.
La situación era tensa y el ambiente permeaba una mezcla de resistencia y control militar.
Hoy en día, Ahmed al-Sharaa, conocido como Abu Mohammad al-Golani, se ha convertido en un actor central en la lucha contra el régimen sirio que una vez promovió su movimiento hacia la yihad.
Su transformación de un estudiante a un líder rebelde al mando de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) destaca las complejidades de la historia fragmentada de Siria y la evolución de los movimientos yihadistas globales.
Nacido en 1982 en el seno de una familia desplazada de los Altos del Golán, la infancia de Sharaa representaba las aspiraciones de la clase media árabe.
Su padre, un economista destacado, y su madre, una profesora de geografía conservadora, llevaron a la familia a Arabia Saudita antes de regresar a Siria en 1989. Esta trayectoria familiar reflejaba un deseo de estabilidad y éxito personal en un contexto de dificultades políticas.
Hussam Jazmati, un investigador sirio que elaboró la biografía más extensa sobre Sharaa, describe el hogar familiar en un barrio acomodado de Damasco, conocido como Mazzeh Eastern Villas, como un símbolo de su éxito moderado.
Sin embargo, Ahmed se mantuvo introspectivo y alejado de los focos.
Sus compañeros de clase lo recordaban como un chico estudioso e intrascendente, que usaba gruesas gafas y evitaba el protagonismo.
Con el paso de los años, el contexto sociopolítico se tornó más complejo.
La Guerra Civil Siria, que comenzó en 2011, cambió no solo la dinámica interna del país, sino también el lugar de Siria en la geopolítica global.
Al-Golani emergió como una figura clave en este caos, liderando una organización que se convirtió en un jugador poderoso en la región.
Sin embargo, su historia es también un recordatorio de cómo un entorno de opresión y conflicto puede moldear a individuos y hacerles asumir roles inesperados en la lucha por el cambio.
La evolución de Abu Mohammad al-Golani representa, por tanto, una reflexión de los desafíos que enfrenta Siria y el impacto duradero de las decisiones políticas pasadas en la vida de sus ciudadanos.
En un viaje que comenzó con una llamada a las armas, su carrera destaca las contradicciones y tragedias que marcan la historia contemporánea de Siria.