En el Medio Oriente, en la región de Gaza, los palestinos han comenzado el ayuno del sagrado mes del Ramadán con las negociaciones de alto el fuego en punto muerto, el hambre empeorando en todo el enclave y sin fin a la vista de la guerra entre Israel y Hamas.

Las oraciones se realizaron en el exterior entre los escombros de edificios demolidos el lunes.

Luces de hadas y decoraciones se colgaron en los campamentos llenos de carpas, y un video de una escuela de la ONU convertida en refugio mostraba a niños bailando y rociando espuma en celebración mientras un hombre cantaba por un altavoz.

Las familias rompen el ayuno diario de la salida del sol al ocaso con festines festivos, pero incluso donde hay comida disponible, hay poco más allá de productos enlatados y los precios son demasiado altos para muchos.

"No ves a nadie con alegría en los ojos", dijo Sabah al-Hendi, que estaba de compras en el rincón más sureño de Rafah.

"Cada familia está triste.

Cada familia tiene un mártir". El Ministerio de Salud de Gaza dijo que los cuerpos de 67 personas asesinadas por ataques israelíes fueron llevados a hospitales en las últimas 24 horas, elevando el número total de muertos palestinos a más de 31.112 desde que comenzó la guerra.

Estados Unidos, Qatar y Egipto esperaban negociar un alto el fuego antes del festivo normalmente alegre que incluiría la liberación de decenas de rehenes israelíes y prisioneros palestinos, y la entrada de una gran cantidad de ayuda humanitaria, pero las conversaciones se han estancado.

Hamas exige garantías de que un acuerdo de ese tipo conducirá a un fin de la guerra.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha rechazado esa demanda, prometiendo continuar la ofensiva hasta lograr la "victoria total" contra el grupo militante y la liberación de todos los rehenes restantes en Gaza.