El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha responsabilizado a Ucrania de un ataque en un concierto de rock en las afueras de Moscú que dejó 137 muertos y más de 100 heridos.

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En Europa, Moscú: Hace una semana, el presidente ruso, Vladimir Putin, se pavoneó triunfalmente en el escenario de un evento posterior a las elecciones rodeado de jóvenes con camisetas que decían "Putin - Rusia - Victoria", y desestimó con confianza las críticas occidentales a la votación como ni libre ni justa.

Este fin de semana, un Putin muy distinto se dirigió a una nación conmocionada por una masacre en un concierto de rock en las afueras de Moscú. Su imagen como líder firme se vio gravemente dañada por los pistoleros que abatieron a decenas de víctimas, sin ser detenidos por la policía o la seguridad.

Apareciendo en la televisión el sábado, horas después del ataque que mató a 137 personas y dejó a más de 100 heridas, trató de utilizarlo para servir a sus objetivos políticos al alegar un vínculo entre los pistoleros y Ucrania, diciendo que los asaltantes planeaban huir allí. No mencionó al grupo Estado Islámico, que se atribuyó la responsabilidad, ni la negación de Kyiv de cualquier participación.

No es la primera vez en sus casi veinticinco años en el poder que Putin ha intentado usar un fracaso de sus servicios de seguridad para lograr sus objetivos.


El ex oficial de la KGB de 71 años llegó al poder en el último día de 1999 mientras lideraba una guerra para aplastar a los separatistas en la república mayoritariamente musulmana de Chechenia que habían lanzado una incursión en una provincia vecina.

También culpó a los chechenos por una serie de atentados con explosivos en edificios de Rusia, puliendo su imagen machista con la famosa promesa de perseguir a los terroristas: "Si los atrapamos en el baño, los tiraremos por el retrete".

Algunos críticos del Kremlin alegaron que los atentados con explosivos en edificios en 1999 podrían haber sido montados por agencias de seguridad rusas en una operación de bandera falsa para ayudar en el ascenso de Putin y reunir un amplio apoyo para la guerra en Chechenia.

Las afirmaciones nunca se demostraron de forma independiente y fueron fuertemente rechazadas por Putin y los funcionarios del Kremlin.

El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky hizo alusión a ellos al rechazar las afirmaciones de Moscú de una conexión ucraniana en el ataque del viernes, acusando a Putin de usar a sus propios ciudadanos como "desechables".