Un análisis de la vida y trayectoria de Kamala Harris, destacando su origen multicultural y los desafíos que ha enfrentado en su carrera política.

En su discurso de aceptación durante la Convención Nacional Demócrata este verano en Chicago, Kamala Harris intentó conectar con la audiencia enfatizando su origen en la clase media.

“De la clase media es de donde vengo”, mencionó en varias ocasiones, tratando de posicionarse en el corazón del electorado estadounidense, que aún la percibe como una figura distante.

Si bien la afirmación de Harris sobre su origen es personalmente cierta, hay aspectos más reveladores que pueden ser entendidos al desglosar su frase “de donde vengo” en tres elementos clave.

Primero, es la mayor de una familia de inmigrantes excepcionalmente motivados.

Su madre, originaria de India, llegó con la ambición de encontrar una cura para el cáncer de mama, mientras que su padre, de Jamaica, se enfocaba en modernizar la economía de su país.

Esta herencia multicultural y las aspiraciones de sus padres han forjado la personalidad tenaz y decidida de Harris, determinando su camino en la vida.

Segundo, proviene de una familia de científicos que valoran la razón y la metodología.

Este contexto influyó en su carrera inicialmente como fiscal, donde adoptó un enfoque lineal y pragmático en lugar de dejarse llevar por ideologías extremas.

“Arreglémoslo”, era una de sus frases recurrentes en esos tiempos, reflejando el enfoque directo que siempre ha preferido.

Tercero, como hija de una mujer asiática y un hombre negro, Kamala Harris representa un cruce de culturas que resuena en su identidad y en cómo los demás la perciben.

Según su amiga Mini Timmaraju, presidenta de Reproductive Freedom for All, ha vivido desde su infancia en Berkeley, California, con la conciencia de que su raza y género a menudo la han hecho objeto de prejuicios y juicios prematuros.

Su posición como mujer negra de orígenes diversos la convierte en una figura única en la política estadounidense, tal y como lo señala Chuck Collins, un abogado y miembro del consejo del Museo de Arte Moderno de San Francisco.

“No es nuevo para ella ser menospreciada por razones que nada tienen que ver con sus capacidades reales”, comenta Jill Louis, amiga de Harris desde sus días como compañeras en la universidad Howard.

“¿Lo menciona? No.

Porque no es del tipo quejumbroso.”

Sin embargo, esa armadura que se ha construido a lo largo de los años, es algo que confunde incluso a aquellos que han estado a su lado por décadas.

Uno de ellos es Willie Brown, exalcalde de San Francisco, quien en una reciente entrevista reflexionó sobre el enigma que representa Kamala Harris: “Todavía es un misterio.

Así seguirá siendo”.

A lo largo de su carrera y vida, Harris ha mostrado una resiliencia notable, pues ha tenido que enfrentar críticas y prejuicios en un entorno político donde la diversidad no siempre es una ventaja.

A medida que se adentra en la contienda presidencial, su historia de vida y las luchas por la representación se convierten en puntos clave que definirán su legado y su conexión con el electorado.