Kamala Harris y Liz Cheney hacen equipo en Wisconsin para promover un mensaje de unidad y patriotismo en medio de la campaña presidencial.

Su objetivo común: prevenir que Donald #Trump regrese al poder.
En un evento celebrado en una histórica escuela en la ciudad de Ripon, donde en 1854 se formó el Partido Republicano por un grupo de abolicionistas, #Cheney y #Harris hicieron un llamado conjunto a los conservadores, moderados e independientes.
Cheney, hija del exvicepresidente republicano Dick Cheney, instó a los votantes de derecha a "anteponer el país al partido". Este gesto no solo busca atraer a una base variada de votantes, sino también hacer eco de los valores que alguna vez definieron al Partido Republicano antes de que la era de Trump transformara su imagen.
El evento fue definido por un ambiente de camaradería inesperada, con Cheney ridiculizando a Trump al expresar: "Yo fui republicana incluso antes de que Donald Trump comenzara a usar autobronceador".
Este comentario provoca un evidente desdén hacia el expresidente, quien ha criticado abiertamente a Cheney por su papel en la investigación del ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Del lado de Harris, su mensaje enfatizó la importancia de la unidad y la defensa de la Constitución. "Aunque podamos estar en desacuerdo en algunos temas, estamos unidos por un valor fundamental como estadounidenses: nuestro deber hacia la Constitución", declaró la vicepresidenta.
Marca un momento significativo en la #política estadounidense
La reunión de estos dos símbolos políticos, que raramente han coexistido en el panorama legislativo y público, marca un momento significativo en la política estadounidense.
Las campañas de ambos han estado, en su mayoría, alineadas con sus respectivos partidos, pero en este evento, han encontrado un terreno común.
Este tipo de alianzas inusuales no son del todo nuevas. A lo largo de la historia, ha habido momentos en los que políticos de diferentes espectros han unido fuerzas en defensa de la democracia y valores fundamentales.
Sin embargo, el despliegue actual de la política bipartidista ha creado un entorno tóxico en el que el diálogo constructivo a menudo se ve eclipsado por la retórica hostil.
La demanda de Cheney a los estadounidenses, "les pido que se encuentren con este momento", resuena en un clima electoral donde muchos votantes buscan alternativas a los extremos.
La adversidad de estos tiempos ha llevado a algunos líderes a priorizar sus principios sobre la lealtad partidaria.
Este evento fue el primero en el que Harris y Cheney aparecieron juntas durante la campaña, lo que sugiere una nueva estrategia para movilizar el electorado en un periodo crítico.