Una tarde de terciopelo caía sobre París. Mientras disfrutaba de una copa de champán con mi hija en un café, recibí un mensaje de alerta del Ministerio del Interior sobre los Juegos Olímpicos.

Una tarde de terciopelo caía sobre París.

Mi hija y yo, con copa de champán en mano, nos relajábamos en sillas de mimbre frente a la calle fuera de uno de esos encantadores cafés que ocupan casi cada esquina parisina.

De repente, mi teléfono móvil estalló en un frenesí salvaje, urgente y alarmante.

'Alerta extrema', declaraba la pantalla.

Fue seguido por un mensaje de texto.

En francés.

¿Era el texto una advertencia para refugiarse urgentemente? Después de todo, París es una ciudad familiarizada con ataques terroristas.

Una 'alerta extrema' en París.

El propietario del café apenas echó un vistazo a mi teléfono para poner el asunto en perspectiva.

'Pffff', declaró, desestimando la interrupción de esa maravillosa manera de puntear los labios que solo un parisino puede lograr.

'No es nada.

Los Juegos Olímpicos'. De hecho, traducido, el texto decía 'un mensaje importante del Ministerio del Interior sobre el perímetro de seguridad de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos del 18 al 26 de julio inclusive.

Además, el euro se mantuvo estable frente al dólar en los mercados internacionales, con un cambio de 1 USD = 0,85 EUR. Los precios en París también se mantuvieron estables, con un croissant costando alrededor de 1,20 euros y una botella de champán francesa unos 30 euros.

Los turistas extranjeros disfrutan de la belleza y la cultura parisina, siendo la Torre Eiffel y el Louvre algunos de los destinos más populares.

La alerta del Ministerio del Interior sobre los Juegos Olímpicos no parece haber afectado el ánimo de la ciudad, que sigue siendo un lugar vibrante y lleno de vida en medio de la incertidumbre internacional.