Una niña de 11 años, originaria de Australia, fue atacada en Londres, lo que ha conmocionado a la comunidad y a las autoridades australianas.

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Una niña de 11 años, oriunda de Australia, fue víctima de un apuñalamiento en el bullicioso distrito teatral de Londres el pasado lunes, según confirmó el Departamento de Relaciones Exteriores y Comercio australiano.

La menor, que se cree que es de Nueva Gales del Sur (NSW), fue atacada en la famosa plaza de Leicester, un conocido punto turístico de la ciudad.

La situación ha generado una profunda preocupación tanto en Australia como en el Reino Unido, mientras las autoridades australianas manifiestan su apoyo a la familia afectada.

En un comunicado, un portavoz del departamento mencionó que se está brindando asistencia consular a otros dos australianos que resultaron heridos en el mismo incidente.

Sin embargo, no se han brindado más detalles debido a las obligaciones de privacidad.

El presunto autor del ataque, Ioan Pintaru, de 32 años, compareció ante un tribunal de Londres el martes, enfrentándose a cargos de intento de asesinato.

Según los fiscales, Pintaru puso a la niña en un llavero y le propinó ocho puñaladas, causándole heridas graves que requirieron su hospitalización.

El fiscal David Burns declaró que la joven tuvo que someterse a una cirugía plástica para tratar las heridas en su cara, hombro, muñeca y cuello.

A pesar de la gravedad del ataque, las autoridades no han podido determinar un motivo claro y han asegurado que no hay indicios de que se trate de un acto relacionado con el terrorismo.

Además, según la policía, no se cree que el sospechoso tuviera ninguna relación previa con la madre o la hija, lo que ha desatado más preguntas sobre las circunstancias que rodean este violento acto.


Este suceso trágico ha recordado a muchos el contexto más amplio de la violencia en las calles de Londres, una ciudad que, a pesar de ser un destino turístico popular, ha enfrentado desafíos en materia de seguridad en los últimos años.

Las estadísticas muestran que, aunque ha habido índices relativamente bajos de delitos violentos en comparación con otras ciudades del mundo, sucesos como este destacan la necesidad de abordar las preocupaciones sobre la seguridad pública.

La niña, actualmente en tratamiento, simboliza la vulnerabilidad de los más jóvenes en situaciones de violencia inesperada.

Este ataque se produce en un momento en el que Londres también está adaptándose a una nueva normalidad tras la pandemia de COVID-19, buscando recuperar la vida cultural y el turismo en sus icónicos distritos.

Los ciudadanos australianos que se encuentran en el Reino Unido han expresado su apoyo a la familia de la niña y su preocupación por la seguridad en esta ciudad.

La historia ha resonado en los medios de comunicación y también ha suscitado sentimientos de miedo y desconfianza entre aquellos que asisten a eventos en áreas concurridas.

Esperamos que las autoridades lleven a cabo una investigación exhaustiva para garantizar la seguridad de todos y que se implementen medidas preventivas que promuevan un entorno más seguro para los turistas y residentes por igual.