Kim Seongmin, un superviviente de cáncer, continúa su misión de informar a los norcoreanos a través de Free North Korea Radio a pesar de las crecientes represiones de Kim Jong-un.
En una pequeña casa en la isla de Ganghwa, Corea del Sur, Kim Seongmin, de 62 años, enfrenta un diagnóstico de cáncer terminal que se ha propagado a varios órganos vitales, incluyendo sus pulmones, cerebro y hígado.
Los médicos han pronosticado que solo le quedan unos meses de vida. A pesar del intenso dolor que sufre, el cual le impide dormir sin medicamentos, Kim se dedica a una causa que considera esencial: informar a su pueblo en Corea del Norte sobre la realidad que les es ocultada por un régimen opresor.
Kim es el presidente de Free North Korea Radio, una estación que emite los diarios y programas de información a sus compatriotas en el norte, quienes están completamente aislados de la realidad externa debido a las rigurosas leyes de censura impuestas por sus líderes.
“Corea del Norte mantiene a su gente como ranas atrapadas en un pozo profundo”, declaró Kim en una entrevista. Su trabajo ha estado en marcha durante más de dos décadas, un esfuerzo por reducir el velo de ignorancia que cubre a la nación norcoreana.
A lo largo de los años, los desertores norcoreanos han encontrado maneras ingeniosas de contrarrestar la narrativa del régimen, utilizando globos para liberar información y entretenimiento al otro lado de la frontera.
Sin embargo, la reciente escalada de la represión por parte de Kim Jong-un ha complicado aún más estas iniciativas. Según informes del gobierno surcoreano, las autoridades norcoreanas están llevando a cabo búsquedas sistemáticas en hogares, intentando identificar a quienes consumen noticias o dramas de Corea del Sur.
Las sanciones para aquellos desobedientes son severas, llegando incluso a la ejecución pública.
La situación geopolítica también ha cambiado dramáticamente. A pesar de la creciente presión internacional, Corea del Norte ha estado enviando tropas y suministros a Rusia en apoyo a su conflicto con Ucrania. Al mismo tiempo, Kim Jong-un ha intensificado las medidas defensivas contra cosas externas. Esto incluye la construcción de muros adicionales en la frontera con China y órdenes de disparar a matar a soldados ante intentos de fuga o contrabando.
El liderazgo norcoreano ha dejado claro que no está interesado en la reunificación con Corea del Sur, incluso destruyendo vías de comunicación que permitían el intercambio entre ambas naciones.
Además, se han implementado nuevas y drásticas leyes de censura que restringen no solo el acceso a información extranjera, sino también imponen severas consecuencias por el simple hecho de vestirse o comportarse como un surcoreano.
Este contexto de miedo y control es lo que Kim Seongmin desafía cada día con su radio.
A la espera de un desenlace que parece inevitable en su salud, Kim sigue comprometido con su misión. Ha planeado enviar botellas llenas de arroz y paquetes que contienen carteles de propaganda, dólares estadounidenses y biblias a través de su grupo, con el objetivo de hacer llegar la esperanza y la información a aquellos que continúan viviendo en la oscuridad.
Su valentía y dedicación resaltan la lucha por la verdad en un país donde la información es un lujo que muchos no pueden permitirse.