En recientes acontecimientos en el escenario político africano, el General Abdourahamane Tiani ha sido proclamado nuevo jefe de Estado en Níger tras un golpe militar.

Esta acción se produjo a pocos días del anuncio de la destitución del Presidente Mohamed Bazoum, marcando así el séptimo levantamiento militar que acaece en las regiones de África Occidental y Central en menos de tres años.

Este escenario ha despertado una ola de reacciones a nivel global.

Países africanos, potencias occidentales y organizaciones regionales e internacionales han expresado su apoyo a Bazoum y demandado la restitución de la democracia.

Algunos funcionarios han sugerido que el desenlace de estos sucesos aún no es definitivo.

Catherina Colonna, la ministra de Relaciones Exteriores de Francia, se refirió expresamente a estos acontecimientos como un "intento de golpe de estado", al igual que el Secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, quien en una conversación telefónica con Bazoum prometió que su país trabajaría duro para garantizar la completa restitución del orden constitucional en Níger tras el golpe militar.

El alboroto ha suscitado preocupaciones sobre la seguridad en una región donde Níger ha sido un importante aliado de las potencias occidentales en la lucha contra las insurgencias de grupos vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico.

Tiani, que era el jefe de la guardia presidencial, dirigió a los soldados que confinaron a Bazoum en su palacio el pasado miércoles, lo que causó confusión sobre quién tenía el control del país.

Bazoum, quien no ha emitido ninguna declaración desde el jueves pasado, juró en una publicación en las redes sociales proteger los avances democráticos 'duramente ganados'. Varios líderes mundiales han señalado que han hablado con él desde el golpe y que, aunque sigue detenido en el palacio junto a su familia, se encuentra 'bien'.

Por su parte, Francia, antigua potencia colonial de Níger, manifestó que continúa reconociendo a Bazoum como el líder legítimo del país.