El escándalo financiero que rodea a la Princesa Charlene de Mónaco ha salido a la luz en medio de su celebración de cumpleaños número 46. Revelaciones sobre el derroche en sus gastos anuales y acusaciones de contratar a inmigrantes ilegales han puesto en aprietos a la familia real.
La Princesa Charlene de Mónaco acaba de celebrar su cumpleaños número 46, pero no es precisamente un momento de festejo con champán y serpentinas.
De hecho, este cumpleaños es uno que la princesa preferiría olvidar, ya que se produce en medio de un escándalo potencialmente ruinoso que ha envuelto a la familia real.
La liberación de documentos financieros por parte del excontador de la familia, Claude Palmero, de 67 años, ha puesto un foco deslumbrante en los gastos de la princesa, y esto no resulta nada halagador.
Las revelaciones sobre su desorbitada asignación anual de seis cifras y la acusación de contratar inmigrantes ilegales han sido publicadas en los periódicos franceses Le Monde y Libération.
El abogado de la familia, Maître Jean-Michel Darrois, ha refutado las acusaciones de Palmero.
Extracciones de las cuentas de Palmero, las cuales registró en cinco cuadernos secretos durante sus veinte años como administrador de la propiedad de la familia, así como su explosivo comentario, han sido publicadas en los periódicos franceses Le Monde y Libération.
Este es el último acto de venganza luego del despido de Palmero por parte de la familia real el año pasado.
Palmero le dijo a Le Monde: 'Todo este asunto gira en torno a la corrupción que he estado denunciando con cada vez más fuerza durante años ... Era necesario deshacerse de mí de manera ruidosa'.
Sin embargo, los gobernantes de Mónaco probablemente lamentarán el día en que dejaron partir a Palmero y lo dejaron libre para compartir con el mundo sus explosivos secretos financieros.
Las asombrosas revelaciones incluyen la afirmación de Palmero de que la Princesa Charlene ha excedido su asignación anual de 1,5 millones de euros (2,5 millones de dólares). Sus gastos extravagantes incluyeron 860 000 euros para renovar su oficina en su palacio de Monte Carlo, y otros 826 000 euros para redecorar su villa de vacaciones en Córcega.
Palmero le advirtió que estas prácticas de gasto eran 'peligrosas', según afirma, después de sorprendentes intercambios como uno en abril de 2016 cuando la princesa exigió 66 000 euros en un solo día.
El contador, aparentemente exasperado, escribió: '¡Es una locura! No tengo control sobre los gastos de la princesa'. En 2019, estimó que ella había gastado alrededor de 15 millones de euros en total desde su matrimonio con el Príncipe Albert en 2011.