Un grupo de migrantes, incluidos varios de Bangladesh y Myanmar, narra su aterradora experiencia tras ser abandonados en el mar por la Guardia Fronteriza australiana.

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En un incidente alarmante que revela las crudas realidades de la migración en el sudeste asiático, un grupo de migrantes se encontró en peligro tras ser devuelto por la Guardia Fronteriza australiana.

Los migrantes, que intentaban llegar a Australia para buscar empleo, se vieron desprovistos de mapas, equipo de navegación y capacitación adecuada, lo que culminó en un aterrador naufragio en la isla Rote, en Indonesia.

Los sobrevivientes, en un centro de detención en Kupang, relataron cómo fueron interceptados por la Guardia Fronteriza australiana en junio, mientras viajaban en una embarcación con 74 personas a bordo, incluyendo dos miembros de la tripulación.

Durante 18 días, fueron detenidos en un barco de la Guardia Fronteriza, sin poder comunicarse con sus abogados ni embajadas, lo que intensificó la angustia del grupo.

La historia se complica aún más cuando, por razones que aún no están claras, las autoridades australianas decidieron enviar de vuelta a los dos miembros de la tripulación de contrabando, así como a 28 de los pasajeros, dejando a 44 personas en el barco de la Guardia Fronteriza que no contaban con información sobre la navegación ni los peligros del mar.

El único enfoque de la Guardia Fronteriza fue dotar a algunos pasajeros con instrucciones para manejar las embarcaciones, lo cual resultó inadecuado y arriesgado.

"No sabíamos cómo navegar.

Deseábamos poder orientarnos.

Nos dijeron que fuéramos hacia una montaña que podíamos ver desde lejos, pero sin mapas ni GPS, eso era imposible", expresó Sanour, de 38 años, originario de Bangladesh.


La desesperación era palpable mientras los migrantes se enfrentaban a la inmensidad del mar de Timor, sintiéndose perdidos y vulnerables.

Según relatan, se sintieron tan asustados por la situación que solo se atrevían a tocar el volante del bote.

"Había una angustia constante... sabíamos que si no podíamos mantenerse a flote, podríamos desaparecer en el océano", recordó Mithu, de 27 años.

La falta de asistencia adecuada y la decisión de las autoridades australianas de devolverlos a un mar inhóspito sin preparación ha condenado a muchos a una experiencia cercana a la fatalidad.

Afortunadamente, algunos de estos migrantes lograron tocar tierra en la isla Rote, donde los lugareños les brindaron ayuda.

"Estamos agradecidos de haber llegado a la orilla.

Nos han rescatado del agua y las autoridades indonesias nos han ofrecido asistencia", dijeron.

A pesar de los esfuerzos de los residentes locales y del gobierno indonesio, la situación de los migrantes continúa siendo alarmante.

Este episodio no solo expone los peligros de la migración irregular, sino que también plantea preguntas sobre el manejo de la situación por parte de las autoridades australianas.

La falta de un sistema seguro y humano para tratar a los migrantes pone de relieve un grave problema en las políticas fronterizas que necesita ser abordado.

La comunidad internacional observa con atención mientras estos migrantes buscan una vida mejor en Australia, enfrentando riesgos mortales en el camino.