En el mundo de Europa, un grupo mercenario controlado por la inteligencia militar rusa es uno de los candidatos más probables para suceder a Wagner después de que el grupo de Yevgeny Prigozhin haya quedado sin líder.

Wagner ocupaba una posición única entre las firmas privadas de "seguridad" de Rusia.

Aunque financiado por el estado ruso y dependiente del Ministerio de Defensa para municiones, creció hasta alcanzar un tamaño enorme y logró un grado de autonomía, notoriedad y éxito en el campo de batalla que pocas empresas privadas de ejércitos pueden presumir.

Bajo el mando de Prigozhin también acumuló un considerable portafolio de negocios, tomando el control de concesiones de explotación de petróleo, oro y otros minerales en casi todos los países donde operaba.

Con Prigozhin muerto, varios grupos mercenarios rusos rivales buscarán hacerse cargo de sus misiones de combate y sus activos comerciales.

El más prominente de todos es Redut, o Redoubt, un grupo controlado por la inteligencia militar que comenzó como un acuerdo entre oligarcas vinculados al Kremlin y altos oficiales del ejército.

Se cree que Vladimir Alekseev, un destacado oficial del GRU - la dirección de inteligencia militar de Rusia - planificó el envenenamiento de 2018 del exagente ruso Sergei Skripal y su hija Yulia.

"Redut fue creado para proteger las fábricas transferidas a la gestión de [Gennadiy] Timchenko", escribió un ex alto oficial del ejército ruso y operador de Wagner sobre un oligarca ruso y exoficial de la KGB cercano a las estructuras de Putin, en una declaración presentada al comité de asuntos exteriores de la Cámara de los Comunes británica el mes pasado.

"El padrino de este proyecto, Timchenko, fue propuesto por el ejército ruso".

La operación no era grande.

Según la fuente, en Siria Redut estaba representado por dos destacamentos de 55 y 65 hombres, y dependía de las fuerzas armadas rusas para obtener armas, equipos, municiones y transporte.