Las fuerzas israelíes continúan bombardeando ciudades, pueblos y campos de refugiados en Gaza, provocando decenas de víctimas mortales y obligando a miles de personas a huir de sus hogares y refugios en los últimos días.

Las fuerzas israelíes continúan su ofensiva aérea y terrestre contra Hamas en Gaza, causando numerosas víctimas y obligando a miles de personas a abandonar sus hogares.

En las últimas semanas, gran parte del norte de Gaza ha sido destruido y la zona ha quedado prácticamente despoblada y aislada del resto del territorio.

Ahora, el sur también se teme que sufra un destino similar, ya que Israel ha decidido expandir su ofensiva a la mayor parte de la franja.

Un ataque aéreo israelí en la ciudad de Beit Lahiyeh, al norte de Gaza, enterró bajo los escombros a al menos 21 personas, incluyendo mujeres y niños.

Este fue uno de los primeros objetivos de la invasión terrestre que comenzó en octubre.

Bassem Kheir al-Din, periodista de una estación local de televisión, afirmó que el ataque destruyó por completo su casa y dañó gravemente otras tres viviendas vecinas.

Según él, 12 miembros de su familia, incluyendo tres niños de 2, 7 y 8 años, se encuentran enterrados y se les presume muertos, mientras que nueve vecinos están desaparecidos.

En el centro de Gaza, aviones de guerra y la artillería israelí bombardearon los campamentos de refugiados de Bureij y Nuseirat, destruyendo edificios, según informaron los residentes.

Israel anunció esta semana que ampliaría su ofensiva terrestre hacia el centro de Gaza.

Habitualmente, las fuerzas militares israelíes lanzan una serie de ataques aéreos y bombardeos antes de que las tropas y los tanques entren en acción.

El hospital de la localidad cercana de Deir al-Balah recibió los cuerpos de 25 personas que murieron durante la noche, incluyendo cinco niños y siete mujeres, según los registros hospitalarios del jueves.

Durante toda la noche, se escucharon explosiones ininterrumpidas en la ciudad, donde cientos de miles de personas han buscado refugio, y muchas de ellas pasan las noches frías durmiendo en las aceras.

"Fue otra noche de muertes y masacres", dijo Saeed Moustafa, residente del campamento Nuseirat.

Según él, todavía se escuchan gritos desde los escombros de una casa golpeada por un ataque aéreo el miércoles.