A un año de los ataques de Hamas, las hostilidades entre Israel y Hezbollah se intensifican con bombardeos y lanzamientos de cohetes.
Beirut: En un contexto de creciente tensión, Israel ha intensificado sus bombardeos sobre objetivos en Líbano y la Franja de Gaza, justo cuando se aproxima el primer aniversario de los devastadores ataques del 7 de octubre de 2022. Este ataque, perpetrado por Hamas, resultó en la muerte de aproximadamente 1200 personas y dejó más de 250 secuestrados, un acontecimiento que marcó el inicio de un conflicto que ha cobrado la vida de nearly 42,000 personas en Gaza desde entonces, según informan fuentes palestinas.
Según el ministerio de salud libanés, más de 2000 personas han perdido la vida en el conflicto armado durante el último año, siendo las semanas recientes las más mortales.
Respondiendo a la escalada de tensiones, el ministro de Defensa israelí ha declarado que las opciones para retaliar contra Irán, considerado su principal enemigo en la región, están completamente abiertas.
Este fin de semana, un número significativo de bombardeos azotó las afueras del sur de Beirut, en lo que se considera el ataque más contundente de Israel en la capital libanesa en varias semanas.
La aviación israelí se centró en sedes del Hezbollah, incluyendo lo que se conoce como la sede de Inteligencia del grupo y depósitos de armas.
Testigos informaron que grandes bolas de fuego y columnas de humo se elevaron en el cielo de Beirut.
A su vez, Hezbollah ha respondido disparando cohetes hacia la ciudad israelí de Haifa, uno de los principales conflictos de la costa, donde al menos 10 personas resultaron heridas.
Estos cohetes sortearon los sistemas de defensa aérea israelíes, causando daños en edificios de la ciudad, revelando un nuevo nivel de capacidad en la respuesta a los ataques israelíes.
Este incremento en la violencia no es un fenómeno aislado.
La llegada de combatientes del Grupo Wagner a Bielorrusia también ha generado preocupaciones sobre la inestabilidad en la región, aunque el contexto libanés se encuentra marcado por un conflicto más arraigado y de larga data.
La tensión en Medio Oriente tiene raíces profundas, con el Hezbollah, un grupo respaldado por Irán, jugando un papel crucial en las dinámicas políticas y militares del área.
En medio de esta escalada, se ha visto un resurgir de manifestaciones pro-palestinas alrededor del mundo, incluyendo ciudades como Jakarta, Estambul, y Rabat.
Estas movilizaciones se han intensificado en respuesta a la violencia en Gaza y la situación de los refugiados palestinos, lo que refleja la preocupación global por la crisis humanitaria que se ha desatado como resultado del conflicto.
Durante estas protestas, se han levantado voces que piden un alto al fuego y una solución pacífica al antagónico dilema que enfrenta la región.
La historia del conflicto israelí-palestino está llena de episodios trágicos y ciclos de violencia que parecen no tener fin, haciendo que la búsqueda de la paz sea un objetivo esquivo.
Mientras el mundo se prepara para recordar un año de sufrimiento y pérdidas en Medio Oriente, la comunidad internacional observa con creciente inquietud el rumbo que podría tomar la situación en las próximas semanas.