Hilda, una ternera criada mediante técnicas avanzadas, promete revolucionar la industria láctea en su lucha contra el cambio climático.

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En un importante avance hacia la sostenibilidad de la industria láctea, ha nacido Hilda, una ternera concebida con el objetivo de emitir menos metano, un gas de efecto invernadero significativamente más potente que el dióxido de carbono.

Este innovador proyecto comenzó en la granja Crichton Royal, ubicada cerca de Dumfries en Escocia, donde se ha estado monitoreando la salud y genética de un grupo científico de ganado desde hace años.

Hilda es el primer ejemplar de la que se considera la cría más observada del Reino Unido, creada mediante fertilización in vitro (IVF). Este proceso científico ha permitido a los investigadores obtener un óvulo de una vaca inmadura y transferirlo a una madre de alquiler, lo cual ha resultado en un nacimiento más rápido de lo que la técnica permitía anteriormente, logrando que la nueva generación llegue ocho meses antes.

Esta eficiente técnica no solo representa un avance en el estudio de la cría de ganado, sino que también acelera la selección de animales con menores emisiones de metano.

El metano, producido por los microbios en el rumen de las vacas, es 84 veces más efectivo en atrapar calor en la atmósfera que el CO2, aunque su duración allí es de apenas 20 años.

No obstante, la presión para reducir las emisiones y alcanzar un balance neto de cero para 2050 ha convertido a este gas en un foco de atención para los legisladores y científicos por igual.

En Gran Bretaña, la agricultura es responsable de aproximadamente el 12 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, y la mayoría proviene de las flatulencias y eructos de ganado.


El profesor Richard Dewhurst, del Colegio Rural de Escocia, ha destacado que la posibilidad de usar IVF en animales más jóvenes, de seis a ocho meses, reducirá significativamente el intervalo generacional, permitiendo que los animales comiencen a reproducirse antes de lo que normalmente lo harían.

Las vacas, en condiciones normales, suelen tener su primera cría a los dos años.

Con un aumento constante en la demanda global de productos lácteos, la cría de ganado bajo parámetros de sostenibilidad se vuelve imperativa.

Hilda es visto como un símbolo de este cambio paradigmático, con un potencial revolucionario para la industria láctea del Reino Unido.

Este enfoque innovador para reducir las emisiones podría ser la clave para abordar uno de los mayores desafíos ambientales del mundo moderno, asegurando que la producción láctea sea compatible con un futuro limpio y sostenible.

La llegada de Hilda es un momento que podría tener implicaciones profundas en la forma en que producimos alimentos y en cómo podemos mitigar el impacto ambiental de la ganadería.

Este enfoque pionero no solo promete mejorar la eficiencia genética del ganado, sino que también puede inspirar a otros sectores a adoptar prácticas más amigables con el medio ambiente.