El partido de Marine Le Pen sufre una inesperada derrota en las elecciones legislativas francesas, dejando a Macron fortalecido

En París, el champagne estaba listo junto con los petit fours y las tropas de Marine Le Pen estaban de buen ánimo en la sede de la campaña del National Rally en París después de una primera vuelta de elecciones anticipadas en la que salieron muy por delante.

Las encuestas habían sugerido durante la semana pasada que repetirían la actuación en la segunda vuelta del domingo, quizás ganando una mayoría absoluta de 289 de los 577 escaños y coronando al primer ministro de 28 años, Jordan Bardella.

Tal resultado dejaría al presidente francés Emmanuel Macron como un pato cojo durante sus tres años restantes en el cargo y lo desafiaría en sus únicos roles restantes: política exterior y de defensa.

"O bien conseguiremos una mayoría absoluta o estaremos a pocos escaños de distancia", predijo un joven recluta, estudiante de derecho que se unió al partido para frenar la "inmigración desenfrenada" y el aumento de los costos de vida.

Pero hacia las 8 p.m.

hora local, el champagne se desinfló y los abucheos estallaron en la sala al ver los sorpresivos resultados iniciales que aparecían en las pantallas azules.

El National Rally había sido derrotado por una alianza desorganizada llamada el Nuevo Frente Popular, que comprendía a Francia Insumisa de extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon, comunistas, ecologistas y socialistas.

Pero más humillante aún, el partido de Le Pen parecía haber sido superado por la alianza centrista de Macron, que las encuestas habían predicho que quedaría en tercer lugar.

"Esto no es lo que esperábamos ver", dijo Julien Durand, de 45 años, que se llevó las manos a la cabeza mientras las noticias salían en la televisión francesa.

"Claramente la gente todavía tiene miedo de los viejos estereotipos sobre la extrema derecha, que ya no son relevantes".

Marine Le Pen, una política de extrema derecha francesa y líder del partido National Rally, ha sido una figura controvertida en la política francesa desde hace varios años.

Su plataforma se centra en la protección de la identidad francesa, la lucha contra la inmigración y la oposición a la Unión Europea.

A lo largo de los años, ha ganado seguidores leales que la consideran una defensora de la soberanía nacional y una voz en contra de la globalización.