Una serie de explosiones en Líbano, atribuidas a dispositivos manipulados, han dejado al menos nueve muertos y casi 3000 heridos, generando preocupación sobre la seguridad en la región.

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Al menos nueve personas han perdido la vida y cerca de 3000 han resultado heridas en un devastador incidente ocurrido en Líbano, donde se produjeron explosiones simultáneas de pagers utilizados por miembros de Hezbollah, incluyendo combatientes y personal médico.

El trágico suceso tuvo lugar en la tarde del pasado sábado, alrededor de las 15:30 horas locales (10:30 horas AEST), afectando principalmente a los suburbios del sur de Beirut, conocidos como Dahiyeh, así como a la valle del Bekaa, zonas que son considerados bastiones del grupo militante anti-Israel Hezbollah.

De acuerdo con funcionarios de seguridad libaneses y un representante de Hezbollah, las detonaciones también se sintieron en Damasco, Siria.

Los estallidos continuaron durante aproximadamente una hora, con testigos y residentes de Dahiyeh indicando que los ruidos de las explosiones eran claramente audibles hasta las 16:30 horas.

En medio del caos, varias ambulancias llegaron al Hospital Universitario Estadounidense en Beirut, transportando a las víctimas que habían sufrido heridas debido a las explosiones de los dispositivos de comunicación.

Los informes indican que los problemas comenzaron cuando los pagers sonaron, lo que llevó a los afectados a acercarlos a sus rostros para verificar el contenido de los mensajes, momento en el cual ocurrieron las explosiones.

Investigaciones periodísticas revelan que se ha señalado a Israel como responsable de esta operación, la cual habría consistido en ocultar explosivos dentro de un nuevo lote de pagers fabricados en Taiwán que fueron importados a Líbano.


Fuentes oficiales confirmaron que los dispositivos habían sido manipulados antes de su llegada al país, con el fin de llevar a cabo este ataque sorpresivo.

Este tipo de tácticas han aumentado las tensiones en la región, donde Hezbollah ha estado involucrado en numerosos conflictos con Israel desde su creación en 1982, en medio de la guerra civil libanesa.

Líbano, que ya enfrenta numerosas dificultades sociales y económicas, está lidiando ahora con la escalada de violencia que trae consigo esta operación.

Las explosiones de este fin de semana resaltan la fragilidad de la situación de seguridad en el país, así como el riesgo de un nuevo ciclo de violencia entre Hezbollah e Israel.

Los expertos consideran que este tipo de incidentes pueden agravar aún más la crisis humanitaria en el Líbano, donde una gran parte de la población ya está sufriendo debido a la inflación, el desempleo y la falta de servicios básicos desde la explosión del puerto de Beirut en agosto de 2020, que dejó un saldo de más de 200 muertos y miles de heridos.

En consecuencia, la comunidad internacional observa con preocupación cómo este ataque podría desencadenar nuevas oleadas de violencia y desestabilización en la región.