Un reciente ataque aéreo israelí ha dejado a la población de Nabatieh en estado de conmoción tras la muerte de 16 personas, incluido el alcalde, durante la destrucción de la sede municipal, en un contexto de creciente tensión entre Israel y Hezbollah.

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Beirut: Un ataque aéreo llevado a cabo por las fuerzas israelíes ha destruido la sede municipal de Nabatieh, una importante ciudad en el sur del Líbano, y ha resultado en la muerte de al menos 16 personas, entre ellas el alcalde, en el que se considera el ataque más devastador contra un edificio estatal oficial en el país desde el inicio de la campaña militar israelí. Este episodio ha desatado una ola de condenas por parte de funcionarios libaneses que han cualquiera que lo que ha sucedido es evidencia de que la ofensiva israelí contra el grupo armado Hezbollah está comenzando a extenderse hacia el corazón del Estado libanés.

El primer ministro interino, Najib Mikati, afirmó que los israelíes "apuntaron intencionalmente a una reunión del consejo municipal que se discutía la situación de servicios y alivio de la ciudad" en un esfuerzo por ayudar a las personas desplazadas por la campaña israelí. Este ataque ha dejado más de 50 heridos en la capital provincial, generando un ambiente de caos y desolación en una ciudad que alberga a decenas de miles de residentes.

El 3 de octubre, Israel emitió una orden de evacuación para Nabatieh, una indicación preliminar del aumento de la violencia en la región.

En ese momento, el alcalde, Ahmed Kahil, le había declarado a Reuters que no abandonaría su puesto.

“Nos quedaremos aquí y seguiremos trabajando por nuestra gente”, declaró. El ataque aéreo generó una ola de reacciones internacionales, incluyendo a los Estados Unidos, cuyo portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, evitó comentar sobre la operación específica, pero expresó que Estados Unidos comprende que Hezbollah opera desde lugares de alta densidad civil y apoya incursiones limitadas para atacar al grupo.


Los recientes bombardeos también dejaron al menos 15 muertos en la localidad de Qana y se reportaron varios edificios completamente destruidos o con sus pisos superiores colapsados.

Las imágenes captadas en la escena mostraron el trabajo de los rescatistas que, con la ayuda de excavadoras, intentaban remover escombros mientras buscaban sobrevivientes entre los restos.

Las infraestructuras en el sur del Líbano se están viendo severamente afectadas, con un aumento en las tensiones que podrían llevar a una escalada aún mayor del conflicto.

Este ataque y su devastador impacto en la población civil subrayan la complejidad de la situación en la región.

Históricamente, Nabatieh ha sido un bastión importante para Hezbollah y su pérdida de líderes locales podría tener repercusiones significativas en la dinámica del poder dentro del Líbano.

La comunidad internacional observa con preocupación, ya que el ciclo de violencia no parece tener fin, y las consecuencias para los civiles inocentes continúan aumentando.

A medida que el conflicto se intensifica, se hace evidente que los esfuerzos por traer estabilidad a la región se convierten en un desafío cada vez más difícil.