Un exsoldado de las fuerzas especiales se quita la vida en un incidente trágico que involucró un vehículo en llamas frente a un hotel en Las Vegas.

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En un trágico y desconcertante incidente ocurrido en Las Vegas, un exsoldado de las fuerzas especiales, Matthew Livelsberger, se habría disparado en la cabeza antes de que su Tesla Cybertruck estallara en llamas frente al hotel del expresidente Donald Trump.

Según las autoridades, este acto desesperado podría haber sido parte de un plan más amplio para causar destrucción, aunque el explosivo utilizado resultó ser de bajo nivel de sofisticación, lo que hizo que la mayoría de los daños se limitaran al interior del vehículo.

El sheriff del condado de Clark, Kevin McMahill, ofreció una conferencia de prensa donde confirmó que se encontró una pistola a los pies de Livelsberger, lo que sugiere que la muerte fue autoinfligida.

Sorprendentemente, la explosión no causó daños a las puertas del hotel, que se encontraban a escasos metros del lugar del suceso.

“La explosión se escapó y ascendió, evitando un impacto mayor”, declaró el sheriff.

Kenny Cooper, un agente especial a cargo de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, también expresó su asombro ante el nivel de planificación, afirmando que no era lo que esperarían de alguien con la experiencia militar de Livelsberger.

Este exmilitar había servido en los Boinas Verdes, una élite de las fuerzas armadas estadounidense, conocida por su entrenamiento especializado en contrarrestar el terrorismo en el extranjero y colaborar con fuerzas aliadas.


Dentro del vehículo se recuperaron varios objetos, incluyendo otro arma de fuego, fuegos artificiales, un pasaporte, una identificación militar, tarjetas de crédito, un iPhone y un smartwatch.

Las autoridades confirmaron que ambas armas fueron adquiridas de manera legal.

Aunque la investigación para identificar de manera definitiva los restos del exsoldado continúa, los documentos de identificación y los tatuajes encontrados en el cuerpo sugieren fuertemente que se trata de Livelsberger.

Este soldado había estado en el ejército desde 2006, participando en varias misiones en el extranjero, incluyendo despliegues en Afganistán y servicio en Ucrania, Tayikistán, Georgia y Congo.

Los eventos trágicos como el de Livelsberger no son nuevos y ponen de relieve las difíciles transiciones a las que se enfrentan muchos veteranos al regresar a la vida civil.

En los últimos años, ha habido un creciente enfoque en la salud mental de los soldados y el acceso a servicios de apoyo, ya que muchos sufren de trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otros problemas de salud mental.

Este incidente subraya la importancia de considerar el bienestar de los soldados después de su servicio activo y la necesidad de programas que puedan ayudar a prevenir tragedias similares en el futuro.