El rey maorí, Kiingi Tuheitia, ha fallecido a los 69 años tras complicaciones en su recuperación de una cirugía cardíaca. Su legado y contribuciones a la cultura maorí son recordados por líderes y seguidores.
Wellington: El rey maorí de Nueva Zelanda, Kiingi Tuheitia Pootatau Te Wherowhero VII, ha fallecido a los 69 años, tan solo días después de conmemorar su 18° aniversario en el trono.
La noticia fue confirmada por la oficina del Kiingitanga en la mañana de este viernes.
La muerte de Tuheitia se produjo mientras se encontraba en un hospital recuperándose de una cirugía cardíaca.
"No salió como todos esperábamos", declaró Ngira Simmonds, jefe de gabinete del Kiingitanga, a Radio NZ.
El rey dejó este mundo rodeado de su esposa, Makau Ariki, y sus hijos Whatumoana, Korotangi y Ngawai Hono I Te Po.
Su legado como líder ha sido fundamental en la promoción de los derechos de los maoríes y la preservación de su cultura.
Kiingi Tuheitia asumió el trono en 2006, sucediendo a su madre, Te Arikinui Dame Te Atairangikaahu, quien fue la primera mujer en liderar el movimiento Kiingitanga.
Bajo su reinado, Tuheitia se mostró firme en su compromiso de unir a la comunidad maorí y fortalecer su identidad cultural, así como abogar por una mayor representación política y derechos sociales.
El impacto de su liderazgo fue reconocido no solo por la comunidad maorí, sino también por figuras prominentes a nivel nacional e internacional.
El rey Carlos de Gran Bretaña, que conocía a Tuheitia desde hace décadas, ha expresado sus condolencias, elogiando su dedicación a forjar un futuro fuerte para los maoríes y para Aotearoa Nueva Zelanda, basado en la cultura y las tradiciones.
La herencia de Kiingi Tuheitia incluye su pasión por las artes, la música y el idioma maorí, elementos que fueron centrales en su visión de un pueblo maorí libre y próspero.
Además, Tuheitia era conocido por su enfoque en la curación y la reconciliación, aspectos vitales para la cohesión social en un país marcado por su historia de colonización.
Su fallecimiento representa una gran pérdida para el pueblo maorí y para Nueva Zelanda en general, ya que su capacidad para unir y liderar será recordada por generaciones.
En su honor, se celebrarán ceremonias de tributo a lo largo del país, donde amigos y seguidores podrán rendir homenaje a su vida y legado.
En los últimos años, el movimiento Kiingitanga ha ganado relevancia en la lucha por los derechos maoríes, y aunque Tuheitia ya no esté, su visión y determinación vivirán a través de aquellos que continúan su labor.
Se estima que el pueblo maorí, que representa alrededor del 15% de la población de Nueva Zelanda, seguirá trabajando en la senda que él trazó, recordando su profunda conexión con las tradiciones y su amor por Aotearoa.