Un análisis sobre la relación distante entre la vicepresidenta Kamala Harris y su padre, el economista Donald Harris, en el contexto de su vida y carrera política.
En una reciente intervención, Kamala Harris recordó un momento significativo de su infancia en el que su padre, Donald J. Harris, le aconsejaba de manera conmovedora: 'Corre, Kamala, corre.
No tengas miedo.
No dejes que nada te detenga'. Esta evocación de un instante dorado en su relación ha resaltado, de manera casi nostálgica, el papel que su padre ha tenido en su vida.
Sin embargo, la realidad de su vínculo es mucho más compleja y ha estado marcada por una notable distancia en los últimos años.
Donald J. Harris, un economista de renombre de 86 años, vive a solo unos kilómetros de la residencia oficial de su hija en Washington, D.C. A pesar de esta proximidad geográfica, su relación está marcada por años de distanciamiento y escasas conversaciones.
De hecho, la mención de su padre en el discurso de Harris durante la convención fue un hecho poco común, en contraste con los frecuentes elogios que dirige hacia su madre, Shyamala Gopalan Harris, quien falleció en 2009.
Durante la campaña presidencial de su hija, Donald Harris ha sido mencionado principalmente por los detractores de Kamala.
En un debate reciente, el expresidente Donald Trump lo descalificó al calificarlo de 'profesor marxista de economía', sugiriendo que había influido negativamente en las ideas de su hija.
Sin embargo, entrevistas con amigos y colegas de Donald revelan que, aunque se muestra crítico del pensamiento económico dominante desde una perspectiva de izquierda, no se adscribe a una ideología marxista.
A lo largo de su vida, aunque Donald ha estado ausente como figura en la vida de su hija, su impacto no ha sido irrelevante.
Desde antes de que Kamala comenzara su trayectoria política, su padre acumulaba logros significativos en su carrera académica, como profesor emérito en la Universidad de Stanford, y, al igual que su madre, estableció un estándar elevado que ha podido influir en el ascenso de la candidata demócrata.
Algunos amigos cercanos a ambos, Kamala y Donald, sugieren que el distanciamiento entre padre e hija podría estar relacionado con rasgos comunes que comparten, así como con las diferencias que han acumulado a lo largo de los años.
Ambos son personas de gran determinación, exigentes consigo mismos y con los demás.
Tanto Kamala como Donald son mentores generosos y amigos leales, pero también tienden a mantener una separación del resto del mundo, priorizando su privacidad y valorando profundamente la lealtad.
Gladstone Hutchinson, un economista jamaicano-estadounidense y amigo cercano de Donald Harris, ha comentado que 'una gran parte de las dificultades entre ellos es que son mucho más parecidos de lo que creen'. Este lazo de similitudes podría haber contribuido a la falta de cercanía, lo que pone de manifiesto la complejidad de una relación que abarca no solo la vida personal, sino también el trasfondo político y social en el que ambos han navegado a lo largo de los años.