El gobierno de Ecuador lamenta la pérdida del expresidente uruguayo José Mujica, reconociendo su influencia y compromiso social en América Latina.

El pasado 13 de mayo, Uruguay sufrió la pérdida de uno de sus líderes más emblemáticos, el expresidente José Mujica, quien gobernó el país entre 2010 y 2015.
La noticia conmovió a toda la región, y diversos gobiernos expresaron su pesar por la muerte del reconocido activista y político. La Cancillería de Ecuador fue una de las primeras en emitir un mensaje oficial, extendiendo sus condolencias al pueblo uruguayo y a los seres queridos de Mujica.
En un comunicado publicado en sus redes sociales, la Cancillería ecuatoriana resaltó la figura de Mujica como un símbolo de humildad, justicia social y compromiso con los valores democráticos.
La entidad expresó que "José 'Pepe' Mujica representa una de las figuras más destacadas de nuestra región; su legado de sencillez, sabiduría y lucha por los derechos sociales perdurará en la memoria de nuestros pueblos".
Mujica, conocido por su estilo de vida austero y su defensa de los derechos humanos, fue un referente para muchos líderes progresistas en América Latina.
Antes de su mandato presidencial, fue un activo guerrillero en el Frente Amplio, movimiento con el que luchó contra las dictaduras militares en Uruguay y posteriormente por la justicia social en su país.
Su vida también estuvo marcada por una profunda relación con su esposa, Lucía Topolansky, con quien mantuvo una historia de amor que trascendió la política y el activismo.
La pareja se conoció en la clandestinidad y compartieron años de lucha en defensa de la democracia uruguaya.
Por otro lado, Mujica tuvo una relación cercana con otros líderes de la región, como Rafael Correa, expresidente de Ecuador, quien gobernó entre 2007 y 2017.
La partida de Pepe Mujica marca un antes y un después en la historia de Uruguay y el mundo
El legado del expresidente uruguayo José 'Pepe' Mujica tras su fallecimiento a los 89 años, dejando huella en la política y en las generaciones futuras, en medio de una lucha contra el cáncer que duró más de un año.La amistad y el respeto mutuo entre ambos políticos reflejaban los ideales de integración y justicia social que compartían.
En marzo pasado, antes de las elecciones presidenciales en Ecuador, la candidata correísta Luisa González se reunió con Mujica en Montevideo. La visita fue vista como un acto de respaldo y afinidad política, en medio de las campañas electorales que culminaron en la victoria del actual presidente Daniel Noboa en abril, quien gobernará hasta 2029.
La muerte de Mujica no solo representa la pérdida de un líder político, sino también el fin de una era de ideales progresistas en la región. Su legado se ha convertido en ejemplo para muchos jóvenes y activistas que buscan construir sociedades más justas y humanas.
Desde su ascenso al poder, Mujica siempre defendió valores como la sencillez y la honestidad, rechazando los lujos y el poder excesivo. En su mandato, promovió leyes que avanzaron en derechos sociales, incluyendo la legalización del matrimonio igualitario y la regulación del mercado de la marihuana, buscando reducir la criminalidad y promover la salud pública.
El impacto de Mujica trasciende las fronteras de Uruguay, siendo considerado un símbolo de resistencia y esperanza en un continente marcado por desigualdades y conflictos políticos.
Su figura seguirá siendo un referente en la historia latinoamericana, y su legado se mantendrá vivo en los corazones de quienes luchan por un mundo más justo.
La región lo despide con respeto y gratitud, recordando su ejemplo de humildad y compromiso social, valores que continúan inspirando a generaciones futuras a seguir trabajando por la justicia y la igualdad en América Latina.