En círculos climáticos hubo consternación la semana pasada cuando John Kerry renunció a su cargo como enviado climático de Estados Unidos para centrarse en la campaña de reelección de Joe Biden.

Esta perspectiva no es compartida por todos.

Sin duda, Kerry es el miembro más efectivo de la gerontocracia estadounidense y ha sido fundamental para forjar el consenso internacional sobre el cambio climático.

Ilustración: Andrew Dyson.

Crédito: Desafortunadamente, si Kerry va a pasar los últimos meses de su extraordinaria vida pública luchando por la acción contra el cambio climático, no hay mejor lugar para él que la campaña de Biden.

Ninguna figura individual en la Tierra podría ser una amenaza mayor para el clima que un Donald Trump reelegido.

Durante su primer mandato, Trump abandonó el Acuerdo de París.

Con un instinto visceral por la desregulación alimentado por donantes de combustibles fósiles, derogó más de 100 regulaciones ambientales, incluidas normas cruciales sobre emisiones de metano en la producción de petróleo y gas y en vertederos, y normas federales de eficiencia de combustible.

Según un análisis, si todos sus políticas del primer mandato se hubieran llevado a cabo completamente, habrían generado conjuntamente las mismas emisiones combinadas que Alemania, Reino Unido y Canadá durante un año: 1.600 millones de toneladas de dióxido de carbono.

Ninguna figura individual en la Tierra podría ser una amenaza mayor para el clima que un Donald Trump reelegido.

Crédito: Nueve Lo único que evitó que la presidencia de Trump fuera un desastre insalvable para la acción nacional e internacional contra el cambio climático fue su propia falta de preparación para el cargo.

Como se informó en el libro de 2018 del periodista Michael Wolff, Fire and Fury, Trump no esperaba ni deseaba especialmente ganar las elecciones de 2016. Eso no es lo que sucede ahora.

Trump está luchando arduamente y, hasta ahora, de manera efectiva para obtener un segundo mandato.

Las fuerzas que se han unido tras él están decididas a utilizarlo para promover causas que van desde la derecha hasta la radicalmente reaccionaria.