El capitán del superyate del magnate británico Mike Lynch será investigado tras un accidente en el que murieron Lynch y otros seis.

En una trágica vuelta de los acontecimientos, el capitán del superyate perteneciente al magnate tecnológico británico Mike Lynch está bajo investigación en Italia tras un naufragio que resultó en la muerte de Lynch y seis personas más.

Esta situación tuvo lugar la pasada semana frente a las costas de Sicilia durante una intensa tormenta.

La información fue dada a conocer por medios italianos el pasado lunes, y se ha enfatizado que ser investigado no implica culpabilidad ni necesariamente la presentación de cargos formales.

El capitán, identificado como James Cutfield, nacional de Nueva Zelanda de 51 años, está siendo investigado por homicidio involuntario y naufragio.

Según los diarios 'La Repubblica' y 'Corriere della Sera', se llevó a cabo una segunda ronda de interrogatorios, donde Cutfield fue cuestionado durante más de dos horas.

Los fiscales también están considerando investigar a un miembro de la tripulación que estaba de guardia cuando la tormenta azotó el yate y que sobrevivió al trágico incidente.

La embarcación, de bandera británica y conocida como Bayesian, tenía una eslora de 56 metros y transportaba a 22 personas cuando volcó y se hundió rápidamente tras ser golpeada por una tormenta a primeras horas del día mientras estaba anclada al norte de Sicilia.

De las 22 personas a bordo, quince lograron sobrevivir, incluyendo a la esposa de Lynch, quien es propietaria de la empresa que poseía el yate.

Lamentablemente, la hija de 18 años de Lynch, llamada Hannah, se encuentra entre las víctimas fatales del naufragio.

Las autoridades han indicado que, aunque el yate fue impactado por un evento meteorológico repentino, existen razones plausibles para alegar la comisión de homicidio involuntario múltiple y naufragio por negligencia.

El jefe de la fiscalía de Termini Imerese, Ambrogio Cartosio, manifestó que la ley marítima confiere al capitán la responsabilidad total por el barco, la tripulación y todas las personas a bordo.

El caso ha captado una atención considerable en los medios, particularmente debido a la prominencia de Mike Lynch, un conocido emprendedor en el campo de la tecnología, y la naturaleza devastadora del accidente.

Este evento no solo ha traído luto a la familia de Lynch, sino que también ha suscitado debates sobre la seguridad y las responsabilidades de los capitanes de embarcaciones privadas en situaciones adversas.

La investigación sigue en curso y se espera que arroje luz sobre los detalles que rodean esta tragedia.

Es un recordatorio sombrío de que, incluso en aguas tranquilas, pueden surgir peligros inesperados, representando un desafío crítico para la industria marítima.

Las autoridades continúan examinando no solo las acciones de la tripulación, sino también la gestión de la embarcación y sus protocolos de seguridad en situaciones de crisis.